Los pacientes con afecciones en los riñones necesitan limpiar artificialmente las toxinas de la sangre, ya que sus órganos son incapaces de realizar esa función por sí mismos. La técnica más popular es la hemodiálisis, que consiste en la limpieza de esta sangre a través de una máquina en la que, durante cuatro horas, el plasma se limpia al circular por ellas. El mecanismo funciona, salvando las distancias, a modo de depuradora. Sin embargo, desde el Hospital del Vinalopó están impulsando la diálisis peritoneal, con la ventana principal de que el paciente no tiene que acudir a consulta, tres veces por semana y durante cuatro horas, para someterse al tratamiento. Las sesiones duran solo 20 minutos y se deben hacer en casa, cada ocho horas. Puede realizarlas el propio paciente, sin ayuda médica, por lo que apenas se interrumpe su ritmo de vida. De hecho, es la técnica elegida por dos de cada 10 pacientes, un 20%. Una cifra superior a la media estatal, que ronda el 14%.

Así lo afirmó el doctor Andronic, del servicio de Nefrología. Se trata de una técnica especialmente interesante para la gente joven o que se mantiene en activo y que no pueda compatibilizar su vida personal o laboral con las cerca de cuatro horas, tres veces por semana, que requiere la hemodiálisis. El objetivo del departamento de salud es aumentar el número de pacientes que se adhieran a esta técnica. Por eso, quieren darla a conocer para acabar con algunos mitos, como que es necesario de un habitáculo especial en casa para recibir el tratamiento, se necesita mucho espacio o es muy difícil de aplicar.

Merche Moreno es una de las pacientes que optó, ya hace siete años, por esta técnica. Asegura que no la cambiaría por ninguna otra, ya que «es muy cómodo, quita mucho menos tiempo y puedo hacerla en casa, mientras me leo un libro, una revista o veo la tele, y son 20 minutos».

Cirugía mínima

Para ello, los médicos le instauraron un catéter, una cirugía muy sencilla, sin ingreso, y que apenas requiere recuperación. Se realiza con anestesia local y dura apenas 20 minutos. El personal médico enseña a los pacientes a realizar la diálisis, que consiste en la inyección de un líquido especial a través del catéter y que sirve para capturar las toxinas. Ese líquido se queda en el interior del cuerpo y, ocho horas después, se expulsa y se introduce uno limpio, para reiniciar el proceso. Otra de las comodidades, señala, es que esta técnica puede realizarse en cualquier sitio, por lo que permite a los pacientes irse largos periodos de viaje, sin preocuparse de tener que ir al hospital a realizar la hemodiálisis.

Una empresa se encarga de llevar los líquidos y retirar los usados, para mayor comodidad del paciente. Y precisamente para facilitar la movilidad, el envío puede recibirse en cualquier destino, incluso de viaje.

Esta técnica también tiene ventajas médicas. Según señala el doctor Andronic, quienes la realizan conservan en mayor medida y durante más tiempo la función renal residual, por lo que los riñones continúan trabajando, aunque sea mínimamente.