Raquel Acosta tiene una hija que sufre escoliosis desde hace años. Necesita tratamiento con el fisioterapeuta varias veces por semana. Un servicio que hasta ahora se prestaba de forma regular en el Colegio de Educación Especial Tamarit, pero que desde el principio de este curso está en jaque, ya que el Consell no ha sustituido a uno de los dos fisioterapeutas con los que cuenta el centro público. Al parecer, el problema comenzó en el mes de julio, ya en periodo vacacional, cuando una fisioterapeuta pidió la excedencia. Desde entonces, según denuncian desde el AMPA, los trámites administrativos se han ido sucediendo sin que desde la Conselleria de Educación se haya buscado un profesional que lo sustituya, y cubra la vacante.

Raquel Acosta es, además, la representante de los padres y madres, que se muestran indignados ante esta situación. Actualmente, 35 usuarios del centro necesitan tratamiento fisioterapéutico, y el hecho de que solo haya un profesional ha llevado a que los tratamientos hayan reducido su frecuencia y que incluso en algunos casos no se pueda atender a los menores que lo necesitan.

Acosta reivindica que los tratamientos en estos casos son trascendentales, pues los usuarios llevan dos meses sin poder recibir las sesiones necesarias y ello conlleva grandes retrocesos para sus afecciones.

Entre las dolencias que sufren los usuarios del centro no solo hay deformaciones en la espalda, sino casos de parálisis físicas que necesitan del tratamiento para redimir la situación o, al menos, que no vaya a peor, así como otros alumnos con problemas motrices en manos, pies y otros problemas de movilidad.

Desde que comenzó el curso ya lo han reclamado varias veces, y la única respuesta es que todo está en trámites. Así van ya para dos meses, desde que comenzaron a solicitarlo, sin que se les haya dado siquiera una fecha para la reincorporación de este profesional que necesitan.

Ampliación

Desde el centro, paralelamente, critican que a la falta de un fisioterapeuta se une la reivindicación de tener a un tercer profesional a media jornada para suplir las carencias del servicio, tal y como se comprometieron las administraciones con el colegio. Así, de los 2,5 profesionales que reclaman, actualmente solo cuentan con uno, lo que aumenta la indignación entre los padres y madres del centro público.

Otro de los afectados reclama que han tenido que complementar el tratamiento que recibe su hijo con un fisioterapeuta privado, por el miedo a que la falta de atención en el colegio pueda afectar a su movilidad. «No puede ser que llevemos así desde que empezó el curso. La otra fisioterapeuta comunicó su salida en julio. El tiempo o la falta de maniobra no puede ser una excusa porque han tenido tiempo desde entonces para buscar una solución alternativa», añadió otro padre que prefiere mantener su identidad en el anonimato. «Si están en este centro especial es precisamente porque necesitan un cuidado y atención especial. No estamos hablando de que les falte un profesor de matemáticas, sino que les falta la piedra angular del tratamiento que necesitan, en muchos casos diario, para su correcto desarrollo y evolución de las plurideficiencias motrices que padecen», apostilló.

Así las cosas, reclaman una solución inmediata para que el servicio vuelva a funcionar y se atienda como es debido a esta treintena de niños que necesitan el servicio de fisioterapia y que, en muchos casos, sus padres no pueden permitirse pagar en la privada.