El titular del Juzgado número Tres de Murcia dejó ayer en libertad con cargos al hombre de 38 años que el lunes conducía el camión que ocasionó en la A7 un siniestro que costó la vida a cinco personas, cuatro de ellas de la misma familia de Elche.

El hombre, natural de Totana, pasó a disposición judicial tras pernoctar en los calabozos de la Guardia Civil. Fue detenido en el lugar del suceso, después de que la prueba de alcohol y drogas que le realizaron agentes de la Benemérita arrojase un resultado: el chófer había tomado cocaína. Conducir drogado tiene pena de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.

Después de comparecer en la Ciudad de la Justicia, donde estuvo horas, el juez decidió ponerle en libertad provisional, a la espera de que se celebre su juicio. Está investigado por un delito contra la seguridad vial, al conducir bajo la influencia de sustancias estupefacientes. Asimismo, se le imputan cinco delitos de homicidio imprudente y otro de lesiones. Paralelamente, el juez ordenó, como es habitual, que al sospechoso se le retire el carné de conducir.

Testigos presenciales que vieron al hombre la noche del siniestro aseguraron que se encontraba totalmente desorientado, hasta el punto de que «no sabía dónde estaba». Fuentes de la investigación, por otro lado, apuntaron que a simple vista había indicios de que el conductor podría estar bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente, como así se confirmó.

Por su parte, el sospechoso aseguró que lo ocurrido se debió a una distracción, aunque admitió, al poco de producirse la colisión, que no. Ahora los investigadores (expresamente llegados desde Madrid) han de esclarecer si, además del consumo de estupefacientes, influyeron en el accidente factores como la velocidad del vehículo o si hubo fallo mecánico.

El chófer conducía un vehículo de una empresa de Totana, la cual aseguró en un comunicado que «el conductor se encontraba dentro de su jornada laboral habitual y había cumplido con los periodos de descanso establecidos».

Pese a lo aparatoso del choque, el camión del totanero (un vehículo de gran tonelaje y recientemente matriculado) apenas sufrió daños. De hecho, el conductor permaneció sentado en la cabina cuando se produjo la colisión. Fue posteriormente, a la llegada de los servicios de emergencias y los agentes del Instituto Armado, cuando bajó.