Cansados de que no les hicieran caso ante sus quejas por la acumulación de basuras y demás desperdicios, vecinos del barrio de El Toscar se han organizado para ser ellos mismos los que limpian los jardines de Nieves Berenguer, en los que juegan al cabo del día cientos de niños: por la mañana los que salen a disfrutar del recreo en su colegio y, por las tardes, los que van a pasar un rato de ocio en compañía de sus padres. Así que los residentes en este enclave urbano salen de sus casas cargados de su particular kit de limpieza para paliar la suciedad que se acumula en los bancos de estos parques.

Llevan un par de años limpiando la zona con sus fregonas, cubos y lejía. Lo hacen cada dos o tres días, incluso con más regularidad durante los meses de verano, en los que los olores que desprenden los orines de los perros hacen que sea muy desagradable estar en la zona. Los vecinos que se han organizado en estas particulares patrullas de limpieza aseguran que han presentado muchas reclamaciones en la Oficina Municipal de Atención Ciudadana sin haber obtenido respuesta alguna, lo que les ha llevado a dar este paso.

En este parque las papeleras están desbordadas de basura, pero lo que más molesta a los vecinos son los orines y los excrementos que dejan los perros, algo de lo que culpan tanto a la falta de limpieza por parte de los servicios municipales como al poco civismo que muestran los propietarios de las mascotas. «Nuestros hijos juegan aquí y cualquier día van a coger una infección o se van a cortar con una botella de cerveza, porque por las noches los jóvenes también vienen a comer y beber, y los restos que dejan tardan días en ser recogidos», lamenta Miguel Ángel Díaz, vecino de El Toscar, mientras llena su cubo en una fuente de la plaza antes de limpiar uno de los bancos.

Los propios residentes en este enclave urbano, ante su desesperación, han llegado a dejar algunos desperdicios en los jardines para comprobar el tiempo que se tardaba en recogerlos. Según su testimonio, las basuras depositadas han llegado a estar más de cuatro días sin ser retiradas.

«No queremos que nuestra zona esté tan cuidada como el centro porque eso lo vemos como algo imposible. Sí nos gustaría que limpiaran los bancos con agua a presión y cuidaran los jardines para no tener que hacerlo nosotros», lamenta Díaz.