Una ciudad con el Palmeral más grande de toda Europa donde las ratas encuentran su principal fuente de alimento. Los más de 200.000 ejemplares que se extienden por el territorio ilicitano, junto a las altas temperaturas características en la zona obligan a Elche a tener un protocolo exhaustivo para atajar las plagas de roedores.

Se trata de campañas que se extienden bajo tierra, el alumbrado y en parques y jardínes, que buscan minimizar la actividad de estas especies que tanta alarma ocasionan y cuyo control no siempre se consigue al cien por cien. Si no que se lo digan a los trabajadores de la Concejalía de Hacienda, donde estas semanas han recibido la visita de nuevos inquilinos. No obstante, pese a que las palmeras son el principal lugar de cobijo para las ratas, sobre todo ahora en otoño cuando los dátiles rebosan en las ramas y existe agua de la red de acequias de riego, los edificios abandonados y los solares también son focos habituales de los roedores.

No obstante, algunos parques o zonas verdes de Elche tienen una mayor incidencia de plagas, por ejemplo, en los empedrados que tienen los muros de carga; las zonas de juegos infantiles, por la mayor cantidad de comida disponible; las fuentes ornamentales, por la disponibilidad de agua; además de las zonas que tienen colonias de gatos y la gente les pone recipientes de comida y agua.

En estos momentos, existen más de 200 puntos de monitoreo y control de ratas en Elche. Algo de lo que se ocupa la empresa encargada de la desratización de los parques y exteriores de la ciudad, CTL.

A ello se suman las campañas realizadas a lo largo de los 553 kilómetros de longitud de la red de alcantarillado de todo el término municipal. Una intervención que emprende la empresa mixta municipal Aigües d´Elx y que se incrementará a todas las estaciones del año a partir de 2018 debido a las altas temperaturas que también persisten durante el invierno, además de la escasez de precipitaciones, lo que ha provocado un cambio en los periodos reproductivos de los insectos y roedores. En cifras, para el 2018 hay un presupuesto de 61.000 euros para las intervenciones.

Otra de las medidas para evitar que se produzca una fuga de los ejemplares que puedan habitar en las redes de saneamiento son los elementos sifónicos presentes el sistema de drenaje de aguas pluviales de la red de alcantarillado que funcionan como barreras naturales para la entrada y salida de los roedores e insectos al exterior. Más allá del subsuelo, los parques y jardínes municipales, el margen del río Vinalopó, los solares del casco urbano de titularidad pública, y algunas zonas periurbanas como son escombreras y acequias de riego son los puntos marcados en rojo por la Concejalía de Sanidad donde se pone el foco en las campañas de desratización, sin olvidar los huertos de palmeras.

El protocolo incluye los tratamientos de control en los registros de alcantarillado interiores (si los hay) y en los registros de alumbrado; y cuando es imprescindible, en la instalación de rodenticida en portacebos, siempre de alta seguridad, ya sean tipo roca, escondidos, en los árboles o incluso enterrados.