Adelantarse al futuro es una de las claves de cualquier industria. Por eso, Martín Martínez, presidente del grupo Graphenano, trasladará mañana su experiencia a los alumnos del Máster de Administración y Dirección del Empresas de la UMH, en la graduación que acogerá, a las 18 horas, el edificio Arenals. El grafeno ha llegado para revolucionar la industria, en todos sus ámbitos.
¿Cuáles son las bondades de este material?
El grafeno reúne muchísimas propiedades. Otros materiales pueden tener una o dos propiedades, pero el grafeno tiene muchas en sí mismo. Tiene una alta ligereza, conductividad, resistencia, durabilidad...
¿A qué productos puede aplicarse entonces?
A todo. Se puede trabajar en muchísimos materiales. Desde composite hasta adhesivos, papel, tema médico, aeronáutico, baterías, sensores... Es una auténtica revolución. Es comparable a la del plástico o más.
En toda nueva tecnología el hándicap principal para su adopción es el precio. ¿También en este caso?
En nuestro caso la suerte es que el grafeno que fabricamos lo hacemos para nuestras filiales, para utilizarlo nosotros mismos. Y estamos yendo a sectores muy baratos. Al desarrollar nuestros productos podemos elegir dónde los focalizamos, para que el precio no sea un hándicap.
Decía que el grafeno es comparable a la revolución del plástico, pero el plástico lo usamos todos los días. ¿Cuándo se expandirá el grafeno?
Ya lo usamos. Hemos terminado con los aditivos que mejoran el hormigón, por ejemplo, que lo hace mucho más resistente. En casos de terremotos como el de México, evitaría que se cayeran muchos edificios. Las pinturas y el composite ya está en el mercado. En cuanto a baterías, estamos terminando una planta, y las harán mucho más potentes y hará que se carguen más rápido. Una aplicación práctica sería en smartphones, donde podríamos multiplicar la duración de las baterías por cuatro.
¿Por qué no se ha comenzado a utilizar antes?
El Nobel de Física por el grafeno se dio en 2010. Las materiales tardan alrededor de 10 años en incorporarse al mercado, y ya lo están haciendo.
¿Es una oportunidad para la industria española, o llegamos tarde, como en muchos otros sectores?
Lo es. Nosotros ya tenemos en la matriz 14 empresas, y estamos construyendo plantas no solo aquí sino en el resto del mundo.
¿Las universidades están formando a sus alumnos para esta nueva revolución?
Colaboramos con muchas universidades en el arco mediterráneo para que así sea. No hay universidad en el mundo que se precie que no esté investigando sobre este material, por su versatilidad.
