El edificio de la Concejalía de Hacienda en la calle Troneta tiene más movimiento en los últimos días. Ya no sólo porque, con la elaboración del presupuesto municipal, en el que ya se trabaja, la actividad se intensifica, o porque allí es donde se atiende a los ilicitanos en gestiones relativas a tasas o impuestos, por ejemplo, y eso supone un ir y venir de gente. Ahora, en el edificio han aparecido unos nuevos inquilinos. Y es que desde hace varias semanas se ha detectado la presencia de roedores, para disgusto de trabajadores y ciudadanos. La situación es tal que alguno de los empleados municipales del edificio confesaba ayer mismo que en los últimos días ha venido trabajando con los pies en alto ante el temor de que alguna de las ratas le acabara rozando. No sólo eso. Incluso han aparecido deposiciones de los dichosos roedores entre el material y entre algunos expedientes, hasta el punto de que alguno no abre el cajón sin guantes. «Estamos trabajando en unas condiciones nada sanitarias. Esperamos una solución pronto», señalaba una de las personas que trabajan en Hacienda. «¡Qué asco! ¿Cómo puede permitir el Ayuntamiento que en un edificio público haya ratas?», señalaba indignado un ilicitano que a media mañana fue a la calle Troneta y, ante su sorpresa y la del resto de la gente que había en aquellos momentos en la planta baja, vio cruzar a uno de los animalillos.

Ante ello, la edil de Hacienda, Ana Arabid, y el concejal de Sanidad, Carlos Sánchez, volvieron a ponerse en contacto ayer con la empresa de control de plagas, CTL, para que refuerce las medidas en el edificio. De hecho, parece que en las últimas semanas la compañía se ha desplazado hasta las instalaciones municipales para colocar trampas y, así, acabar con esa incómoda presencia para muchos. Ayer, la firma regresó al filo del mediodía para seguir en esa línea y acabar con esos fastidiosos compañeros que, además, dejan sus restos por el edificio. La concejal de Hacienda, en este sentido, aseguró que estarán pendientes en los próximos días para ver si se ha logrado el objetivo de disuadir a los roedores para tranquilidad de todos. Y es que uno de los trabajadores municipales no podía mostrarse más claro ayer, tras la nueva aparición pública de una de las ratas: «Esta situación es asquerosa», proclamaba con repugnancia. Confían todos, en fin, en que se pueda echar a las ratas que se han colado en Hacienda.