Dos agricultores de una localidad de Lugo han denunciado a los propietarios de una ferretería ilicitana por una presunta estafa tras adquirir a través de internet una máquina que nunca llegaron a recibir, pese a efectuar el pago de los 1.306 euros que costaba, por transferencia bancaria. La compra se efectuó a principios de julio y el establecimiento se comprometió a efectuar la entrega en 15 días, pero, a día de hoy, los compradores aún no la han recibido, según confirmaron ayer a este diario. Por tanto, interpusieron una denuncia ante la Guardia Civil el pasado 15 de septiembre, pues los propietarios del establecimiento no atendían a sus llamadas telefónicas ni respondían a correos electrónicos. Tan solo la semana pasada, después de interponer la denuncia, los presuntos estafados lograron hablar con uno de los responsables, efectuando la llamada desde otro teléfono que, al resultar desconocido para los dueños de la ferretería, sí hizo que descolgaran.

Tras informarles de esta denuncia, se comprometieron a que esta misma semana les harían llegar la maquinaria, aunque todavía estar por ver si esta vez la promesa se cumple. Los denunciantes llegaron a este establecimiento ilicitano al ver en una plantación cercana una acolchadora, que realiza surcos y los cubre de plástico para facilitar la plantación de semillas. Al preguntar a su propietario por el origen de la máquina, les remitió a este establecimiento, por lo que se pusieron en contacto con el local a través de internet. Los demandantes llegaron a pedir fotografías de la máquina, que nunca les fueron facilitadas. Pese a ello, debido a la recomendación de un agricultor conocido y a que habían mantenido contacto telefónico y a través del correo electrónico con la ferretería, decidieron adquirirla, por lo que realizaron el pago por transferencia bancaria.

Días después, llegó a su correo electrónico la factura de la compra, a principios de julio, pero pasaron las semanas y la máquina no llegaba a su destino. Fue entonces cuando los denunciantes volvieron a tratar de ponerse en contacto con los dueños del local, y dejaron de recibir respuesta, por lo que comenzaron a sospechar que podrían ser víctimas de una estafa.

Por tanto, y más de dos meses después de haber realizado el pago, interpusieron la denuncia ante la Guardia Civil, y parece que tan solo de esta manera han conseguido, al menos, que el establecimiento atienda sus llamadas y se haya comprometido a enviarles la máquina que pagaron. Ahora habrá que ver si esta vez cumplen su promesa, o las acciones judiciales siguen adelante.