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Los granados necesitan más estrés

Un estudio revela que someter los cultivos de granadas a un riego deficitario en época de cuajado y floración beneficia al fruto

Un campo de granada mollar, la variedad protegida con la Denominación de Origen. antonio amorós

Someter los granados a un pequeño estrés alterando el riego durante la etapa del cuajado permite obtener frutos de mayor calidad. Esta es una de las conclusiones de un estudio elaborado por la Estación Experimental Agraria de Elche, que se va a presentar esta semana en el Simposio Internacional de la Granada que se celebra en la ciudad. El estudio, según explica el director de la Estación Experimental Agraria de Elche, Julián Bartual, ha llegado a la conclusión de que el empleo de una técnica del riego deficitario controlada en la época de floración y cuajado del granado puede obtener una reducción del 15% de agua de riego, sin efectos negativos en producción y calidad de la fruta.

Los investigadores aseguran que la alteración controlada del riego durante esta etapa resulta beneficiosa para la floración y reduce el rajado del fruto, por lo que permite obtener una cosecha de mejor calidad.

Las decisiones de riego de los campos de granados deben tomarse, según los expertos, con una periodicidad semanal, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas y observando el estado hídrico de la planta dependiendo del estado fenológico. La fenología es la ciencia que estudia los fenómenos biológicos que se presentan periódicamente acomodados a ritmos estacionales y que tienen relación con el clima y con el curso anual del tiempo atmosférico en un determinado lugar.

De esta forma, el riego deficitario controlado que, según los investigadores, «provoca un estrés controlado de la planta en ciertos periodos fenológicos», puede emplearse para favorecer el cuajado durante el periodo de floración y cuajado del granado.

Concretamente, en parcelas experimentales se ha constatado un efecto positivo del riego deficitario durante la fase de floración y cuajado sobre algunos aspectos como, por ejemplo, el número de frutos cuajados, algo que, además, permite reducir entre el 14% y el 18% la dosis anual de riego.

A través de esta estrategia de riego, el consumo anual de agua puede ser inferior a los 4.000 metros cúbicos por hectárea. En la zona de Elche las necesidades de agua de riego en árboles adultos de granado están en torno a los 4.500 metros cúbicos por hectárea al año, una cantidad inferior a la que se utiliza en otras zonas donde se cultiva granados. En Israel se utilizan entre 5.000 y 6.000 metros cúbicos por hectárea al año, y, dependiendo del tipo de suelo y las condiciones climatológicas, puede llegar a los 12.000 metros cúbicos por hectárea al año en áreas desérticas.

Más color

El trabajo también indica que en el sur de la provincia julio es el mes en el que el granado necesita más agua, entre 380 y 400 litros por árbol a la semana.

Por otro lado, los investigadores han comprobado que, si el riego deficitario se aplica en la fase de maduración del fruto, se puede aumentar el color exterior y la composición antociánica del zumo, pero puede incrementar el rajado.

Los investigadores también tienen en cuenta que, para tomar la decisión más acertada en una plantación comercial y gestionar eficientemente los recursos hídricos disponibles, sería ideal disponer de la información, por ejemplo, del estado hídrico del árbol y el contenido de agua en el suelo. Sin embargo, este tipo de información no es fácil de obtener, ya que para ello se requiere de conocimiento e instrumentos de difícil acceso para el pequeño agricultor.

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