Un engaño tan burdo que no puede considerarse estafa, al menos en términos jurídicos. Este es el argumento de la Fiscalía para descartar presentar acusación tras la denuncia de una persona transexual contra una pitonisa que le cobró hasta 2.300 euros para hacerle un cambio de sexo mediante magia. Los hechos se remontan a abril de 2013, cuando la víctima del engaño contactó con la supuesta médium, que tenía su consulta en Santa Pola. Lo hizo a través de una página de anuncios en internet. En ella se aseguraba que la mujer podía solucionar cualquier tipo de problema, por muy imposible que fuese.

Esta persona trans se estaba autohormonando para conseguir su objetivo de cambiar de sexo a nivel físico, pues se siente mujer pese a tener sexo masculino. Un conflicto de identidad de género llamado «disforia de género», y que la víctima ya había tratado con anterioridad con una psicóloga con la que contactó también a través de internet, según hizo constar en su denuncia ante el juzgado.

La querella recoge que el demandante se encontraba en una situación de angustia acumulada por su identidad de género ya que, además, estaba en un ambiente poco acogedor y comprensivo en su entorno cuando contactó con la médium. Esto le llevó a un estado depresivo del que todo apunta que se aprovechó la pitonisa. Esta mujer, que presta sus servicios en Santa Pola, le aseguró tras mantener contacto por WhatsApp que podía cambiarle de sexo (de hombre a mujer) en tan solo una semana a través de su magia. Tal y como recoge el escrito de denuncia, las parte acordaron un pago de 2.000 euros a través de transferencia bancaria. Una vez realizado, la pitonisa le dio las instrucciones que debía seguir para que la magia surtiera su efecto.

Hecho el pago, la mujer le exigió otros 500 euros más para invocar una protección para esta persona. Algo necesario, dijo, porque la magia empleada para el cambio de sexo requería de «pactos con el diablo» que hacían precisa esa protección para garantizar que todo saliera como lo esperado, según le explicó la médium.

Ante el temor de que esos daños se consumasen, la demandante negoció un pago algo inferior, ante la incapacidad económica, por lo que finalmente se acordó un primer abono de 300 euros, posponiendo los 200 restantes. Para todos estos pagos, la víctima se vio obligada a pedir un préstamo personal, al no poder asumirlos.

Sin acreditar

La rocambolesca historia y la obviedad en el engaño ha hecho que la Fiscalía descarte presentar su escrito de acusación ante la querella por estafa. Para que la estafa sea considerada como tal es necesario que se acredite el engaño, pero el fiscal sostiene que es imposible creerse que se puede realizar un cambio de sexo mediante magia, por lo que atribuye la situación a un exceso de inocencia del demandante.

En la querella se relata que el engaño se produjo en un contexto de vulnerabilidad, cuando la denunciante se encontraba en un periodo de inestabilidad emocional por la autohormonación incontrolada clínicamente y de forma irregular. En ningún momento, según se desprende de la querella, esta persona inició el tratamiento de hormonación para realizar el cambio de sexo a través de un proceso médico, como estipula el cauce habitual.

Internet

Una rápida búsqueda por internet permite localizar, cuatro años después, a esta pitonisa a través de diferentes páginas web. Internet se ha convertido en la plataforma por excelencia para este tipo de anuncios, que se aprovechan de la inocencia, credulidad y desesperación de la gente para engañar con el objetivo de obtener rédito económico de manera rápida y relativamente fácil.

Promesas de este tipo no son una excepción. Decenas de anuncios prometen curar enfermedades, sustituir tratamientos médicos por conjuros , atraer dinero u obtener amores, por ejemplo, aprovechándose así en muchos casos de la desesperación o la ingenuidad de las personas.

Ni los correos electrónicos intercambiados con la psicóloga, ni los mensajes enviados a través del servicio de WhatsaApp ni los pantallazos de la página de Facebook en la que ofrecen los servicios y que se han aportado en la querella dan consistencia suficiente a la historia para que la Fiscalía presente acusación. Sin el respaldo del Ministerio Público , habrá que ver qué pasa ahora con la querella.