La rebaja del impuesto de vehículos y del de construcciones será una condición innegociable para el tripartito, si quiere obtener el apoyo de Ciudadanos para poder sacar los presupuestos de 2018 adelante. La formación naranja ha tratado de imponer sus reglas de juego al Ejecutivo local en el arranque del curso político. Luego habrá que esperar a ver en qué acaban las negociaciones.

Hace ya más de un año, los de David Caballero escenificaron lo que muchos describían como un matrimonio de conveniencia con el tripartito, precisamente por los lazos estrechados para poder sacar adelante las cuentas, al tener un equipo de gobierno en minoría. El pasado ejercicio Ciudadanos ya presentó una batería de medidas como condición para respaldar al Ejecutivo local.

Ahora, las cláusulas para los próximos presupuestos han tocado uno de los temas más sensibles para el Ayuntamiento: bajar la presión fiscal. Hace tan solo dos días, el tripartito anunció que los impuestos no subirían, pero nada más. Hasta ahora, se han aferrado a que la cuestión es compleja teniendo en cuenta que los servicios públicos dependen, en parte, de la recaudación de los tributos municipales.

Ciudadanos no se quedará ahí. Exige al tripartito que haya cumplido con la totalidad de las medidas que ya le plantearon para los presupuestos de este año, como segundo requisito. El tercero pasa por presentar otra batería de propuestas, con más de sesenta cuestiones, y que el Ejecutivo local la acepte. Comienza, así, la cuenta atrás con la vista puesta en dar luz verde a uno de los principales retos del Ayuntamiento cada año.