Poner el valor la gran riqueza ecológica de la cuenca del Vinalopó y concienciar a la población de los municipios que atraviesa el río de la importancia de conservarla y preservar la tradición hidráulica alrededor del río. Este es el objetivo de la asociación Observatorio Vinalopó, que inicia esta tarde en Elche un «tour» de 14 charlas a lo largo de numerosas localidades que servirá para poner sobre la mesa la «amenaza» que aseguran que sufre el ecosistema, así como para elevar a las administraciones las reivindicacionespara conservar el patrimonio histórico y cultural que gira sobre las aguas del Vinalopó.
Así lo explica la presidenta de la entidad, Ana Campo. El escenario de esta primera ponencia será el Museo de Puçol, a las 19 horas, a cargo de Luis Pablo Martínez, que analizará los sistemas de riego tradicionales en el Baix Vinalopó, su eficiencia y tradición. Un tema trascendental en la razón de ser de la propia asociación, que defiende mantener el sistema de regadío frente a su modernización, que podría acabar con el sistema de azarbes y conducciones que. en su conjunto, forman un auténtico ecosistema en el que la flora y la fauna dependen directamente de las aguas y canalizaciones del Vinalopó.
«El objetivo es que, con estas charlas, al menos consigamos poner sobre la mesa el debate» sobre la necesidad de mantener estos sistemas. La concienciación por parte de la población, que en muchas ocasiones no es consciente de hasta qué punto depende del río, es otro de los objetivos. «La gente de Elda, por ejemplo no sabe que el agua del grifo deriva del Vinalopó, y hay que concienciar sobre la importancia de no arrojar por el inodoro ciertas sustancias, que pueden contaminar el agua. Porque es una amenza que es real, hay agua contaminada. Tenemos que concienciar a la gente para que trate el agua como lo que es: un tesoro», matiza.
La modernización del regadío ha traído consigo, apunta, la «pérdida de la cultura del agua alicantina», donde el agua se reutilizaba varias veces tras el riego a manta, como en la cuenca del Segura, en la Vega Baja, por lo que «los cultivos se adaptaban a medida que descendía la cota al nivel de salinidad adoptado por reutilizar ese agua». El problema actual, sostiene, es que tratamos de adaptar una agricultura que no se ha tenido tradicionalmente y que depende de «unos niveles de agua que no tenemos».
Las charlas se irán sucediendo en las diferentes localidades alrededor de la cuenca del río, «desde Banyeres hasta Santa Pola» hasta noviembre, momento en el que se elaborará un documento con todas las conclusiones de los diferentes eventos, para elevarlo a las autoridades competentes en materia de Medio Ambiente con el fin de recoger las inquietudes de todos los participantes.
