Las obras para iluminar uno de los «puntos negros» de la Ronda Sur comenzaron ayer tras dos años a oscuras. Las máquinas y los operarios tomaron desde primera hora la rotonda de Atzavares, situada en el túnel de la circunvalación, próximo al Hospital General y al Camino Viejo de Santa Pola. Entre las primeras tareas, los trabajadores abrieron las zanjas para las instalaciones eléctricas y vallaron el terreno.

Las obras tendrán un plazo de ejecución de dos meses y tendrán un coste para las arcas municipales de 42.500 euros. En concreto, se instalarán seis farolas de 12 metros de altura y en las entradas a la rotonda se colocarán otras cuatro farolas de ocho metros. Las luces de las instalaciones lumínicas serán de tecnología led.

Pese a que esta glorieta fue levantada con las obras de la Ronda Sur, financiadas por el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento ha tomado las riendas para llevar el alumbrado a esta zona, que había quedado aislada del resto, en cuanto a iluminación.

Pese a que el problema ha sido denunciado desde 2015 por la Asociación de Vecinos de Atzavares, es ahora cuando el tripartito ha habilitado una partida para atender la reivindicación. Junto a este problema, el tripartito también ha venido denunciando otras deficiencias que presenta la infraestructura del Ministerio de Fomento y que desde hace dos años han acarreado molestias. Una de las carencias tiene que ver con la vegetación que se extiende a lo largo de toda la circunvalación. La constante aparición de malas hierbas en las rotondas y en el carril bici, las «zonas muertas» de tierra, junto a la falta de medios para evitar que las plantas se sequen forman parte de los defectos señalados por el Ejecutivo local.

Por ahora, todavía está pendiente la construcción del segundo tramo de la circunvalación para conectar el anillo perimetral de la ciudad. Por el momento, Fomento se ha comprometido a incluir en los presupuestos generales de 2018 la cuantía necesaria para hacer la infraestructura.