El Hospital General de Elche ya ha realizado, en solo seis meses, el mismo número de implantes de órganos que en todo el 2016, por lo que la previsión pasa por duplicar el número de casos totales a final de año. Unas cifras al alza pese a que el número de donantes ha descendido cerca de un 60%. Una caída que están analizando los facultativos pero que podría deberse a una sucesión de causas, como el hecho de que ha habido cuatro posibles donantes con contraindicaciones médicas, no haber receptores en el momento de la donación o la negativa de los familiares en uno de los casos. Así, de los 25 donantes registrados hace dos años, en lo que va de 2017 tan solo se han registrado tres casos, y en 2016 también bajó hasta la decena de pacientes.

El Hospital General realiza implantes de riñón y de córnea, pero traslada a otros hospitales todos aquellos órganos que cumplen con las condiciones para que los receptores que se encuentran en lista de espera en todo el país, puedan beneficiarse. Así, en lo que va de año, se han realizado cuatro extracciones de las que se han obtenido ocho riñones y córneas, un corazón, dos hígados, y dos pulmones. Es decir, un total de 21 órganos, frente a las 92 extracciones realizadas el pasado año. En 2016 fueron 10 pacientes los que donaron un total de 9 hígados, 18 riñones, un corazón, 14 córneas y 50 piezas óseas. De ellos, a siete donantes les fueron extraídos los órganos tras una muerte encefálica, y a tres de ellos tras una asistolia controlada.

La coordinadora de trasplantes del Hospital General, Anna Baeza, explica que lo más frecuente a la hora de donar son los riñones y las córneas. Esto se debe a que estos órganos son aptos para los transplantes en pacientes de hasta 85 años en el caso de los riñones, y de 80 años en el caso de las córneas, y son los que menos afectados se ven por las diferentes patologías. Aunque el que tiene más «longevidad» para ser implantado en otro paciente es el hígado, con donantes de hasta 90 años, si no se encuentra afectado.

Por lo general, cualquier persona es apta para ser donante siempre que no sufra patologías relacionadas con tumores, que afectan a todo el organismo, o enfermedades infecciosas, que puedan contagiarse al receptor. El número de pacientes que han formalizado las voluntades anticipadas para, en caso de necesidad e idoneidad ser donante, aún es limitado, pese a que, apunta la doctora Baeza, campañas en los medios de comunicación en los últimos años han sido muy efectivas. Por tanto, en la mayoría de casos es la familia la que decide sobre las donaciones. Y aunque en la mayoría de casos la respuesta es positiva,»el mayor problema es que en la mayoría de casos no se ha hablado, es un tema que se evita porque donar órganos implica que la persona ha muerto, y es un tema del que nadie quiere hablar».

Sin embargo, esta circunstancia cambia en gente cada vez más joven, donde sí se han dado esas conversaciones y la inmensa mayoría es partidaria a la hora de realizar la donación de órganos, llegado el momento.

Testigos

No obstante, para aquellos que deseen realizar las voluntades anticipadas para, llegado el momento, que se aplique su voluntad y no dejarla a criterio de sus familiares, los pacientes pueden optar por obtener su carné de donante. Para ello es necesario, en el hospital al que pertenezcan, acudir con dos testigos, un familiar y una persona ajena a la familia, para dejar constancia de dichas voluntades.

Un trámite que, debido a la cierta complejidad que requiere, muchas veces pasa inadvertido pero que se convierte en necesario para garantizar el proceso.

En lo que va de año, de los siete donantes frustrados, tan solo uno ha sido por la negativa familiar. Aun así, la doctora Baeza asegura que en la gran mayoría de casos la familia no suele poner problemas cuando el equipo médico plantea la posibilidad de que el familiar fallecido se convierta en donante.