La campaña de cultivos de invierno no ha empezado con muy buen pie. Las expectativas para los agricultores de la provincia no son buenas para el próximo año. La caída en la producción se sitúa en torno al 18% de media, debido al efecto combinado de las tierras que dejarán de cultivarse, además de la disminución del rendimiento productivo por hectárea cultivada. Así lo estiman desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA), que atribuyen este panorama a la escasez de recursos hídricos.
«Tenemos reservas del río Segura y de los pozos de sequía. El agua de las desaladoras es un complemento a la falta de agua, pero no es la solución porque es muy cara», apunta Eladio Aniorte, presidente de la entidad provincial. Con esta incertidumbre por la falta de agua, los trabajadores del campo han iniciado en los últimos días las plantaciones de alcachofas y coliflores y en las próximas semanas se pondrán manos a la obra con el brócoli, las lechugas y las patatas de verdete.
«Tenemos agua para la mitad de septiembre, si lloviera de aquí a finales del mes que viene podríamos recuperar los cultivos que han decidido abandonarse», señala el presidente de ASAJA.
Así, con la vista puesta en el cielo y en las previsiones metereológicas, los agricultores reconocen que muchos han decidido no arriesgarse por el momento y esperar a ver qué pasa. Tanto es así, que, ahora mismo, para esta campaña está previsto un descenso del 10% de media de la superficie productiva destinada a cultivos de invierno en la provincia de Alicante. El terreno no cultivado se dejará en barbecho para poder volver a cultivarlo en próximas campañas si mejoran los recursos hídricos.
Ese ambiente poco optimista se extiende a partes iguales a diferentes puntos de la provincia. En Elche, el representante de la Asociación de Jóvenes Agricultores, Pedro Valero, también augura que «si no llueve hasta febrero, será un cataclismo para las cosechas». Si el año pasado, la sequía ya hizo peligrar el inicio de la temporada de invierno, el gremio pronostica que esta campana será todavía peor, porque el ejercicio anterior sí que tuvieron asegurada el agua, al menos para los meses de frío.
Por el momento, en el Camp d'Elx está previsto que se planten 23 millones de kilos de hortalizas para esta campaña. En este terreno, el riego a manta y el riego por goteo se emplean prácticamente a partes iguales para abastecer los cultivos de invierno. No ocurre lo mismo con las cosechas de verano, donde está más extendido el sistema modenizado del goteo, que se ha incrementado con creces en los últimos años.
En la Vega Baja, hay mucho riego tradicional por el río. Los regantes del trasvase tendrán agua subvencionada de la desalinizadora de Torrevieja.
