Nueva cuenta atrás con el Mercado Central. El Ejecutivo local se da de plazo ahora a finales de este mes para tratar de dejar libre el edificio y entregárselo a la concesionaria para que puedan comenzar las excavaciones en las zonas perimetrales. Sin embargo, esa no es la idea que, al parecer, tienen los placeros que resisten en el inmueble. Los vendedores ha presentado alegaciones contra el desalojo comunicado hace semanas a través del Boletín Oficial del Estado (BOE).

La cuerda entre el Ayuntamiento y los comerciantes con puestos en el Mercado Central continúa tensándose durante este verano. Pese a que la actividad comercial en el edificio de abastos ha menguado estos días, al igual que en muchos establecimientos del centro con motivo de las vacaciones, el reloj sigue corriendo. La intención del tripartito es que el día 30 o 31 de agosto- esto es la ya semana que viene- los placeros hayan podido recoger sus pertenencias de la primera planta para dejarlo todo vacío, como paso previo a que Aparcisa tome las riendas de las siguientes catas arqueológicas, que, en teoría, deberían ser las últimas para determinar si el proyecto del nuevo Mercado Central es viable.

Sin embargo, pese a las pretensiones del equipo de gobierno y sus planes proyectados a corto plazo, los placeros reman en otra dirección. Algunos se mantienen firmes y señalan que resistirán hasta el último momento. Otros señalan que necesitan más tiempo para poder desmontar sus puestos y retirar el género, por lo que piden que se les deje el mes de septiembre para preparar el terreno.

No en vano, también hay quienes reconocen que ya están buscando otros locales para continuar con sus negocios, pero, a nivel particular y en ningún caso aceptando trasladar sus puestos a otros mercados de la ciudad. Consideran que, además de perder su clientela fija, las alternativas que les propone el tripartito no son suficientes porque, según los placeros, no hay espacios a su gusto en otras plazas de abasto del municipio.

Mucho ha llovido desde que en junio, la empresa concesionaria, Aparcisa, salvara su primer escollo para seguir adelante con la idea de derribar el edificio y levantar un aparcamiento subterráneo. La Dirección General de Cultura y Patrimonio dictaminaba que los restos arqueológicos hallados en el subsuelo del inmueble carecían de valor suficiente como para ser conservados. Algo que, a priori, era indispensable para que la mercantil pudiera seguir adelante con sus planes.Con esa resolución sobre la mesa, el alcalde Carlos González anunciaba entonces que los placeros debían cesar su actividad para que Aparcisa pudiera comenzar las catas en los alrededores de la plaza de abastos y en las zonas donde están proyectadas las rampas y las salidas del parking.

Tras ese movimiento de ficha, numerosos han sido los informes emitidos por técnicos de Patrimonio que volvían a poner en duda la viabilidad del proyecto. Desde advertir del impacto negativo del tráfico en La Festa, hasta aconsejar la recuperación del inmueble. Las valoraciones en contra salían a la luz en cuestión de semanas. Al igual que lo hacían las diferencias entre los socios de Gobierno. Por un lado, el PSOE y el Partido de Elche se ponían de acuerdo para dar luz verde al desalojo del edificio. Coincidieron en que los placeros tienen las concesiones extinguidas y se aferraron a que, de ahora en adelante, es el Consell el que deberá determinar si los restos arqueológicos que se encuentren tienen valor o no como para protegerlos.

Por el otro, Compromís se desmarcó de todo y no escondió su malestar con sus socios de gobierno. Los de Mollà sostienen que es el Ayuntamiento el que tiene la última palabra sobre el Mercado.

Dos meses después, muchos negocios del Mercado han bajado la persiana, pero por vacaciones, anunciando su vuelta en septiembre. Algo que se contrapone con los planes del Ayuntamiento, después que recurriera incluso hasta al BOE, como última opción, para hacer que los placeros recogieran las notificaciones del desalojo. Ahora habrá que esperar a ver qué ocurre a finales de agosto.