El Hondo está recibiendo a las aves acuáticas que acuden a este parque natural con el agua menos salina de los últimos veinte años. Esto supone una buena noticia tanto para determinados peces como para los cultivos de los agricultores, que se nutren también de estos recursos hídricos, localizados en los términos municipales de Elche y Crevillent. Sin embargo, el hecho de que haya importantes concentraciones de peces degrada el hábitat necesario para las aves acuáticas, entre ellas la cerceta pardilla y la malvasía cabeciblanca, dos especies en peligro de extinción.

El Hondo está conformado por el embalse de Poniente, el embalse de Levante y por otras charcas perimetrales. El embalse de Poniente se destina a usos medioambientales, mientras que el de Levante se usa para el riego. Pues bien, en el primero se ha detectado recientemente, en el primer tramo del año, una conductividad de 4.690 microsiemens por centímetro cuadrado, la más baja registrada en los últimos 20 años. El microsiemens es una unidad que indica salinidad y conductividad. En cuanto al embalse que se destina a riego, el de Levante, la salinidad del agua es la más alta de los últimos cuatro años, pero la más baja desde el año 1988: 3.790 microsiemens por centímetro cuadrado, según mediciones realizadas el pasado 21 de marzo.

En 2009 se dio a conocer que en el embalse de Levante se habían registrado 10.000 microsiemens por centímetro cuadrado, mientras que en el de Poniente se habían detectado 35.000. El agua del mar suele tener una salinidad superior a 40.000 microsiemens. En cualquier caso, algunos expertos consideran que el agua de El Hondo en realidad no debería pasar de los 1.000 microsiemens.

El caso es que 2016 fue considerado un buen año de lluvias. Esto, junto con las importantes precipitaciones del pasado invierno, y con la llegada de aportes del río Segura, ha permitido almacenar buenos niveles de agua en ambos embalses. Así las cosas, los niveles de inundación del embalse de Poniente al inicio de la campaña de seguimiento de las aves amenazadas son superiores a los de años anteriores.

El plan de recuperación de la malvasía cabeciblanca requiere una vigilancia especial de la población de esta especie y de los niveles de agua en ambos embalses durante la época de nidificación, que abarca de marzo a agosto. Además, en este parque natural se localiza la mayor población de cerceta pardilla de la Comunidad Valenciana, otra especie en peligro de extinción a nivel estatal, de ahí la importancia de tener el mayor número de datos de este hábitat natural.

Tras estos últimos cuatro años consecutivos de reintroducciones sistemáticas de ejemplares de cerceta pardilla nacidos en cautividad se ha conseguido que la población de El Hondo vaya poco a poco recuperándose. Así, ha pasado de su completa desaparición en 2013, a las siete parejas de 2014, diez de 2015 y las 15 de 2016. Actualmente se contabilizan más de una veintena de ejemplares.

«La baja salinidad por la constante renovación de las aguas embalsadas ha permitido la entrada y proliferación de peces, principalmente carpas, que degradan el hábitat necesario para las aves acuáticas», se advierte no obstante, en este caso sobre el embalse de Levante, en un reciente informe de la Dirección General de Medio Natural y de Evaluación Ambiental de la Conselleria de Agricultura.

De hecho, según este documento, el total de aves censadas es menor que en los últimos años, además de que se aprecian importantes diferencias espaciales. Esto se traduce en que hay, de momento, una reducida presencia de aves en el embalse de Levante -debido principalmente a la abundancia de peces de gran tamaño-, un progresivo descenso respecto a años anteriores en el embalse de Poniente, y un importante aumento en el número de aves en las fincas periféricas, de tal modo que llegan a superar incluso a las avistadas en el embalse de Poniente.

En resumen, los técnicos están advirtiendo que las aves cada vez prefieren más las charcas periféricas al tradicional embalse de Poniente y que los censos pre-productores de malvasía están siendo buenos y los de la cerceta los mejores de los últimos años, aunque el número de polladas está siendo de momento algo menor que en años anteriores.