Baches de varios centímetros, numerosas grietas en el asfalto, pintura en las señalizaciones horizontales que apenas se ven... Este es el estado en el que se encuentra el Camino de la Ermita de San Pascual, que conecta el barrio de Carrús con el acceso al Cementerio Nuevo y sirve como vía de entrada y salida a la parte baja del Polígono de Carrús. Una vía que, pese a estar en las afueras de la ciudad, es utilizada por decenas de personas cada día. Vehículos que salen del polígono hacia la ronda Vall d'Uixó para coger la autovía, usuarios de la guardería cercana, o vecinos del área de la avenida del Profesor Tierno Galván transitan a diario sufriendo los saltos en los baches y la mala calidad del firme, según denuncian los propios residentes.

«Antes no pasaba nadie por aquí pero en los últimos años, con la construcción de los nuevos bloques de viviendas hay mucha gente, y es la vía principal a la ronda Vall d'Uixó y a la autovía desde el barrio de la ermita, incluso para ir al centro por la ronda evitando dar un rodeo, son muchos los coches que transitan el camino cada día», señala uno de los vecinos.

«También es camino de entrada y salida al Polígono de Carrús, y no sé cómo queremos potenciar un área industrial que cuenta con vías de este tipo», señala otra residente de la zona. «Además, casi todo el mundo que va al Cementerio Nuevo, lo hace por aquí», añade.

La falta de limpieza es otra de las quejas de los residentes, ya que los matorrales crecen a sus ancha a ambos lados de los arcenes, y la basura se acumula entre ellos durante semanas, sin que se retiren los desperdicios que se acumulan.