El pleno de Elche aprobó ayer pedir la dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà, por el fallido decreto del plurilingüismo. El PP lo considera responsable de «una norma que chantajea a las familias para imponer su doctrina catalanista, y por desobedecer los autos del TSJCV que anulan el decreto del chantaje lingüístico».

Y se aprobó con los votos de los populares, Ciudadanos (que introdujo una enmienda, mediante la cual pedía que si no cesaba, que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lo destituyera) e Ilicitanos por Elche, mientras que votaron en contra PSOE y Compromís. El concejal del Partido de Elche, Jesús Pareja, integrante del tripartito, incluso se abstuvo.

Ante los ataques contra Marzà de los populares y de Ciudadanos (que a su vez criticó al PP en este tema al asegurar que su ministro de Educación había tenido «mano blanda» en este asunto y que no había pedido la dimisión en las Cortes Valencianas), la edil de Compromís Esther Díez defendió que Marzà había conseguido incorporar 4.000 profesores más, implantar seriamente la gratuidad de los libros, revertir el desmantelamiento de la enseñanza pública o augurar la eliminación de los barracones en este mandato, entre otras acciones.

Los grupos municipales defendieron ayer en el pleno hasta diez mociones distintas, entre las cuales destacó que el concejal Pareja recriminara al PP que trajera una para proteger el entorno de El Cau, de Mariano Ros, cuando hace algo más de cinco años el Partido de Elche trajo esta misma propuesta y su concejal de Cultura, Pablo Ruz, y la mayoría del PP votaron en contra. «En aquel momento me equivoqué yo. Lo admito», respondió Ruz, quien, en última instancia, consiguió sacar adelante la propuesta tras una enmienda del PSOE para que previamente se realice un informe municipal al respecto.

Precisamente, Ruz acudía ayer al pleno por primera vez tras ser elegido nuevo responsable del PP local, en sustitución de Mercedes Alonso, entre los cuales, según advirtieron varios concejales, se podía percibir cierta tensión, aunque en los pasillos estuvieron más cercanos y comunicativos.