Hasta el pasado 1 de abril quienes conducían las grúas municipales eran agentes de la Unida de Movilidad Urbana, personal que había pasado una oposición en el Ayuntamiento en 2011 y que estaba autorizado legalmente para imponer sanciones y decidir los enganches de vehículos mal estacionados. Aunque laboralmente dependen del Ayuntamiento, a nivel de funcionamiento estaban a disposición de la Policía Local, y así siguen ahora, pero a los 21 agentes de Movilidad Urbana se les dedica ahora exclusivamente a regulación del tráfico (salidas y entradas de colegios e institutos, manifestaciones, eventos deportivos, etcétera). Por su parte, los nuevos conductores de las grúas no tienen más atribuciones que trasladar coches por orden de la autoridad competente, y hasta que se ha introducido este sistema tenían que esperar a que se presentara en el lugar de la infracción un policía local o un agente de movilidad que impusiera la correspondiente multa.