La investigación apunta a una obstrucción en la bomba extractora de gases como causa de la explosión de la lancha el pasado domingo en Santa Pola. Al parecer, las primeras averiguaciones señalan que la gasolina acumulada de manera irregular en la sentina del barco, en su base, fue la causante de que se produjera una incorrecta extracción de gases y de que, al contacto con el arranque del segundo motor de la embarcación, debido a la acumulación de gases, el dispositivo provocara la deflagración que ha dejado varias personas heridas de consideración.

En concreto, según fuentes de la investigación, la persona que en aquel momento hacía las labores de patrón del barco tenía problemas para arrancar el segundo motor antes de salir con toda su familia a navegar. Después de varios intentos, contactó con un mecánico por teléfono para comunicarles los problemas que estaba teniendo y que le aconsejara cómo actuar para solucionar la incidencia. El profesional, a distancia, le indicó algunas posibles soluciones, como que bombeara para facilitar la entrada de gasolina al motor y otras opciones que, según su criterio, eran las correctas. Además, según relatan fuentes de la investigación, el barco había pasado una revisión hace poco tiempo en la no se señalaba ninguna deficiencia en la embarcación.

Expertos aseguraban ayer a este periódico que no es común que ocurran estos incidentes en embarcaciones amarradas, pero que sí que es más frecuente en alta mar, sobre todo con barcos con motor de gasolina, como el de la embarcación que sufrió el accidente. En este caso, la embarcación siniestrada era una lancha rígida de 8,5 metros de eslora, del modelo Leader 805 de la firma Jeanneau.

«La gasolina es dinamita pura», afirman fuentes expertas en náutica, y añaden que «en alta mar es común este tipo de accidentes por malas combustiones o acumulación de residuos en embarcaciones de gasolina, mucho más que en las de gasoil. Su composición es más dada a provocar incidentes en los que el motor puede arder», concluyeron.

Con respecto a la gravedad de las consecuencias de esta explosión, fuentes oficiales señalan que pudo verse aumentada porque el motor que provocó la deflagración se trataba de uno intraborda, es decir, que todo su núcleo se encuentra dentro de una cabina y que por este motivo el efecto de acumulación de gases y del calor emitido por la explosión ha sido más amplio que si se hubiera tratado de un motor fueraborda.

Desde el Club Náutico de Santa Pola, su presidente, Pascual Orts, anunció que, a partir de hoy, y de manera provisional, colocarán carteles de indicación en todos los pantalanes del Club Náutico como recordatorio del protocolo de seguridad que debe seguirse en todos los casos y aplicarse siempre por parte de los patrones o los responsables de las embarcaciones. Lo hacen para reforzar la seguridad ante lo acontecido el domingo pasado, pero recuerda que cumplir con el protocolo de seguridad es responsabilidad de quienes pilotan los barcos. «Si siguiéramos a rajatabla los protocolos, estos incidentes no pasarían. La rutina, lamentablemente, hace que uno caiga en la excesiva confianza y que no se revisen las bombas extractoras de gases u otros elementos del barco que pueden provocar estos accidentes», aseguró Orts.

Por otra parte, recordó que todas las precauciones son pocas en el mar y que hay que extremar las precauciones en las embarcaciones porque, «si en un coche sale humo del motor, puedes pararlo, bajar de él y reaccionar, pero si esto mismo te pasa en el alta mar todo se complica más».

Entre otras acciones, en el protocolo de seguridad en los pantalanes hay que comunicar dónde se fondea, avisar del encendido del motor o de que se revisa la bomba extractora de gases .

La junta del Club Náutico convocará una reunión extraordinaria, previsiblemente mañana, en la que abordarán este accidente en el puerto y posibles medidas para mejorar la seguridad del entorno, como la adecuación de carteles informativos en los pantalanes.