El capitán cristiano espera con especial ilusión el momento en el que luzcan el boato de la entrada cristiana. Los Astures llevan año y medio trabajando e ideando para bordar este momento, que esperan compartir con el mayor número de ilicitanos y turistas. Moya afronta este cargo con mucha ilusión y quiere vivirlo de la forma más intensa posible.

¿Qué supone para la comparsa Astures representar la capitanía en las fiestas por novena vez?

Me siento muy tranquilo porque la comparsa ya tiene muchos años de experiencia y conoce cómo funciona todo el proceso. Estoy muy arropado por todos ellos y siento de cerca el apoyo de la comparsa y, sobre todo, de mi filá, Pacífic. Todo el mundo pone su grano de arena para hacer una capitanía de diez.

¿Se pasan nervios en la proclamación de capitán?

Estuve muy nervioso antes. Estar ahí delante de tantos festeros impone un poco. Pero lo considero algo positivo. Si no hay nervios es porque no hay ilusión, eso creo yo, y es bonito pasarlos por este motivo. Creo que es un reflejo de la gran ilusión que siento por este cargo.

¿Cuál es el acto que más espera en esta experiencia festera?.

Para mí, el acto más especial, además de la proclamación, es, sin duda, la entrada cristiana.

¿Nos puede adelantar alguna pincelada de lo que será el boato de la entrada cristiana del 8 de agosto?

No puedo desvelar mucho pero el público podrá escuchar una marcha que han compuesta para la filá Pacífic que se llamará «Cor de Pacífic». En el boato vamos a intentar recrear un hecho histórico en las calles ilicitanas. Representar algo que está en el imaginario es muy complicado, pero llevamos año y medio trabajando para ello y espero, sobre todo, que la gente no se lo pierda el día 8 de agosto.

¿Tiene algún mensaje para sus compañeros en el cargo?

Espero que disfruten como mínimo lo que yo lo haré, que vivan el cargo con mucha intensidad, porque estos días pasan volando y no vuelven. Si pestañeas un instante, te lo pierdes.