La Asociación Festera de Moros y Cristianos de Elche tuvo que abandonar su sede, en la calle Rafael Sánchez Ceva, a finales de 2016 para hacer frente a las indemnizaciones por el accidente que se registró el alardo de arcabucería de 2008, que dejó varios heridos.

Los juzgados declararon a la entidad festera responsable civil subsidiaria y se le reclamó el pago de 165.000 euros a las víctimas del incidente. Como la entidad no tenía fondos económicos para hacer frente a esta suma de dinero, el juzgado decretó el embargo de su local.