Que no hubiera música durante la primera jornada del Marearock no impidió que se viviera una noche de fiesta el miércoles. Los 5.000 jóvenes que han acudido a IFA desde todos los puntos de España tienen muchas ganas de juerga y no quieren que nada les estropeé su plan. El recinto ferial se ha convertido en la sede de una gran acampada de seguidores del rock. Ayer ya pudieron disfrutar de las primeras actuaciones, con grupos como Lendakaris Muertos o Aspencat.

Al margen de contar con un cartel que reúne a buena parte de los grupos más representativos dentro del panorama español, muchos jóvenes se han decantado por acudir al Marearock gracias a su cercanía a Arenales. Escaparse a la playa unas horas a darse un baño en el mar es una actividad muy atractiva para pasar las mañanas, mientras se espera que lleguen los conciertos. Con el objetivo de facilitar el transporte, la organización ha puesto autobuses a un euro, por lo que la playa fue ayer uno de los entretenimientos más demandados, junto a los clásicos juegos de cartas y el futbolín.

El ambiente en IFA durante la mañana de ayer era bastante tranquilo. Las fiestas improvisadas sirvieron como atenuante para superar la decepción de que se aplazaran los primeros conciertos previstos. Muchos todavía dormían y los más madrugadores empezaban a desayunar, aunque algunos directamente habían optado por no acostarse. «Lo mejor de los festivales es que hay vida durante las 24 horas del día y la noche», aseguraba un joven que lucía una camiseta en la que se veía una señal de tráfico con el lema: «Ceda el vaso».

El puesto de perritos calientes cambió su menú por alimentos más típicos para la hora del desayuno. No todos optaron por el café y las magdalenas y hay quien prefirió meterse primero en el cuerpo una cerveza en un vaso de plástico de litro. «Hay que ser más rápido que la resaca», argumentaba otro joven que lucía una cresta punk de color verde.

Muchos se acercaban a las puertas del pabellón en el que hay una de las principales acampadas para pedir información. Allí les atendían Sergio y Samuel, dos trabajadores del Marearock que hacen tareas de control y limpieza.

Varios de los asistentes se quejaron de la falta de aire acondicionado en el pabellón o de la escasez de duchas pero, en general, el Marearock discurre en buen ambiente entre cervezas, visitas a la playa y crestas de colores.