La sequía y la plaga de conejos han pasado factura a la campaña del melón de Carrizales, que se cosecha al amparo del Parc Natural Agrari Els Carrissals, que va a ver reducida su producción en unos 50.000 kilos sobre lo previsto en un principio. Los agricultores esperan recolectar 300.000 kilos, mucho menos que lo que se barajó durante la plantación, cuando se estimó que se podrían obtener entre 350.000 y 400.000 kilos. Una situación que llevó a que la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, que fue la encargada ayer de realizar el primer corte de la temporada, elevara la voz para reclamar a la Confederación Hidrográfica del Segura y al Ejecutivo de Rajoy que tengan más en cuenta las necesidades hídricas de una zona que «sabe racionalizar los recursos hídricos con un consumo responsable y eficiente».

Para el Consell, el trabajo que se está realizando en el paraje de Carrizales es un ejemplo de cómo se puede recuperar y fomentar la agricultura en la Comunidad Valenciana con productos de calidad, sacando, apuntó Cebrián, «lo mejor de las condiciones naturales que tenemos de clima, calor y tierra para demostrar que se puede conectar la producción agraria con lo que pide la sociedad, con calidad exquisita».

Por otro lado, la titular de Agricultora destacó la relevancia de las nuevas formas de producción, más ecológicas, sostenibles y relacionadas con las condiciones naturales, de lucha biológica, de producir con menos aportes de nutrientes químicos. «Ese es el esfuerzo que hacen las comunidades de regantes, con el apoyo de las universidades, para superar las debilidades estructurales que tenemos en el campo valenciano», apostilló Elena Cebrián, que alegó que, teniendo en cuenta estos condicionantes, el Estado debería ser más flexible a la hora de atender las demandas de los agricultores después de tres años de sequía, con los que, según dijo, «el Consell quiere ir de la mano».

Pese a la reducción de la producción, el presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales, Fernando Antón, aseguró que la calidad de los melones es muy elevada, lo que permitirá venderlo a buen precio. Casi el 100% de la producción del melón de Carrizales se queda en la provincia de Alicante. Este año llegará a los puntos de venta tradicionales, y a nuevos en la zona norte, con lo que se podrá adquirir desde Orihuela hasta Dénia.

El agricultor y biólogo Juan Miguel Montaner indicó que «la idea es sacar los productos lo más ecológico posible, agroecológicos, porque aquí no se usan pesticidas ni herbicidas. Realmente es el territorio el que nos da un melón de estas características».

Respaldo

El corte del melón de Carrizales movilizó ayer a un buen número de personas, entre representantes políticos y agrarios. Estaban el alcalde de Elche, Carlos González, y el alcalde de Dolores, Joaquín Hernández, donde también se cultiva este melón, así como varios miembros de la Corporación municipal ilicitana.

También estaban representantes del mundo rural, como el presidente de Asaja Elche, Pedro Valero, o el presidente de Riegos de Levante, Javier Berenguer, que aprovechó para recordar a la consellera las necesidades hídricas del colectivo.

Apoyando el proyecto de Carrizales estaban representantes de la Universidad Miguel Hernández y de la Universidad de Alicante. De la UA, el profesor Carlos Martín Cantarino destacó que el proyecto de Carrizales posibilita la conservación del medio natural, ya que utiliza el agua que llega de sobrantes de otras comunidades para regar y después trasladarla hasta las charcas de Santa Pola, que, a su parecer, «cuentan con un alto valor ecológico gracias a este sistema creado por la mano del hombre».