Cuando se aproximan las diez de la noche, los vecinos del Sector V que viven a espaldas del colegio público Alcudia se asoman a las ventanas de sus viviendas con la esperanza de que, esa noche, el parque del barrio esté iluminado. Si no, hay quienes incluso tienen miedo a bajar. Se sienten inseguros entre la oscuridad de la noche. Y así llevan varios años, según denuncian, sin que desde el Ayuntamiento y el área de Alumbrado se les dé una solución definitiva.

El parque, que se encuentra entre las calles Capitán Alfonso Vives y Capitán Gaspar Ortiz, se encuentra sin luz desde el pasado jueves, aunque para infortunio de sus usuarios habituales, no es una novedad. Más bien «una broma del mal gusto», tal y como asegura Javier Gutiérrez, uno de los vecinos que suele hacer uso de la instalación junto a su hijo.

«Estuvimos casi dos semanas seguidas sin luz y después de llamar al Ayuntamiento y hablar con Alumbrado, el viernes 30 de junio, ya casi de madrugada, las farolas volvieron a encenderse», rememora Javier. Sin embargo, las bolbillas que deben iluminar el recinto infantil apenas permanecieron operativas seis días, hasta el jueves de la semana siguiente. Y así hasta hoy. Al cierre de esta edición, el parque seguía a oscuras. ¿Hasta cuando? Nadie lo sabe.

«Esto sucede constantemente, no es de ahora. Ya llevamos varios años quejándonos al Ayuntamiento de esta situación», asegura este vecino del Sector V, quien señala que el problema también afecta a calles adyacentes. «La fase estropeada coge las farolas de todo el parque más dos farolas de Alfonso Vives y otras dos de Capitán Antonio Mena», asegura.

Cuando se hace de noche y el parque se adentra en las tinieblas, los dos columpios, dos toboganes y juegos de muelles que dan vida al parque se quedan huérfanos. «Cuando no hay luz la gente no baja», apunta Javier, quien denuncia los problemas de inseguridad que genera este apagón general.

La calle Capitán Gaspar Ortiz se comunica con el parque con un paso que también está oscuro y a veces se generan «situaciones incómodas», tal y como señala este vecino de la zona. «Es una pena que con el calor que hace durante el día, el rato que se puede estar un poco fresquito en el parque no podamos bajar porque no hay luz», razona otro vecino. Más allá del grave problema existente con el alumbrado, los usurarios del parque también reclaman un mayor mantenimiento y limpieza para acabar con los malos olores de los orines y cacas de los perros.