Un día entero sin dejar de pedalear con el único objetivo de remover conciencias y homenajear a dos ciclistas fallecidos en junio de 2011 tras ser arrollados mortalmente por un vehículo cuando se incorporaban desde el arcén a una rotonda de la carretera comarcal CV-86, en la Vía Parque, a la altura de Torrellano. En ese punto luce un monolito en honor de ambas víctimas desde febrero de 2012, punto de partida y de llegada del reto que arrancó ayer Pepe Brufal pasadas las 13 horas para que su recuerdo no caiga en el olvido y reivindicar a las administraciones públicas la limpieza de los arcenes de las carreteras, lugar por el que suelen circular habitualmente los ciclistas.

No es la primera vez que este ilicitano de 51 años se somete a una prueba de resistencia física y mental de este calibre, aunque nuca antes lo había hecho por una causa emotiva y reivindicativa a partes iguales. Asiduo de las carreteras de la provincia y miembro del grupo Ciclismo Elpla Elx, con el que sale habitualmente a disfrutar de su pasión por la bicicleta con hasta 50 compañeros del club, el veterano cicloturista reclama un correcto mantenimiento de los arcenes para hacerlos más seguros y transitables.

«Muchas veces tenemos que circular por las propias carreteras porque los arcenes están llenos de piedras, hierros, restos de cristales o trozos de neumático de los vehículos», aseguraba ayer antes de dar comienzo a su última aventura, 24 horas seguidas sin bajarse de la bicicleta en un circuito de 30 kilómetros, de ida y vuelta, por el tramo de la Gran Vía que une Elche y Alicante. A esta circunstancia, Pepe suma que «cuando las máquinas van limpiando la broza existente junto a muchas carreteras aún tiran más basura a los arcenes», lo que obliga a los ciclistas a esquivarla con el consiguiente riesgo de sufrir un accidente.

Este aventurero anónimo asegura que si los arcenes estuvieran en un buen estado de conservación «podríamos ir por la mayoría de carreteras sin molestar a los vehículos». «Muchas veces nos increpan desde los coches por ir por los arcenes», lamenta Pepe, que, lejos de asumir una postura radical, también sitúa el foco sobre los cicloturistas. «Nosotros también debemos concienciarnos para aumentar nuestra seguridad sobre la bici», admite.

Tramo nocturno

Antes de dar por iniciado su reto, que debería concluir hoy a la una del mediodía, Pepe se había marcado la meta de completar sin descanso un total de 700 kilómetros. «La noche es la parte más dura y va a depender de ese tramo de la prueba el conseguirlo o no», aseguraba ayer antes de empezar a bailar sobre los pedales. Sin más alimento que productos líquidos y carbohidratos, Pepe esperaba alcanzar la meta con el objetivo cumplido de honrar la memoria de Adrián y Andrés y despertar la conciencia de las administraciones y los conductores más agresivos.