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Las ventas de calzado en Reino Unido acumulan ya un año de caídas por los efectos del Brexit

El sector sufre las consecuencias de la devaluación de la libra frente al euro y las empresas se ven obligadas a reducir su producción

Un trabajador en una fábrica de calzado de Elche, donde se encuentra la mayor parte de la producción de zapatos de la provincia.

Esta semana se cumple un año desde que el Reino Unido dijese «sí» al Brexit. Doce meses de incertidumbre en el panorama político y económico que ha tenido consecuencias para sectores productivos de la provincia, como es el caso de la industria del calzado, que tiene en el británico a uno de sus principales mercados internacionales. El Brexit todavía no está en marcha, pero la devaluación de la libra frente al euro ha provocado un cambio en el consumo de calzado.

«Las ventas de calzado han bajado, y hay mucha incertidumbre», reconoce el empresario Manuel Ruiz, de Newkers, que hace un año enviaba al mercado de Reino Unido el 40% de su producción. Ahora, cuando se cumple un año desde que ganó el Brexit, solo destina el 25%. Una tónica que se traslada a otras empresas del sector que apostaban fuerte por el mercado británico.

El cambio en las ventas de calzado a Reino Unido se percibe en el sector zapatero desde el segundo semestre de 2016. La segunda mitad del año pasado se saldó con una reducción de la facturación del 15%, pese a que se aumentó el número de pares un 5%. Es decir, se envió más producto, pero de menor precio, lo que significó una reducción de los beneficios para las empresas zapateras de la provincia.

La situación ha empeorado en 2017. Según los datos de exportación que maneja la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), las exportaciones a este mercado han alcanzado los 48,4 millones de euros (2,5 millones de pares) durante el primer trimestre de 2017, lo que significa que continúan los descensos ya iniciados en 2016 como consecuencia del Brexit y la devaluación de la libra. Los datos del primer trimestre reflejan una caída del 16,5% en valor y 6,8% en pares. Se ha vendido menos y más barato.

Esta situación lleva a que las empresas que destinaban un volumen importante de su negocio al mercado británico hayan tenido que realizar serios reajustes en sus líneas de producción. Reducir el volumen de la producción, las horas de trabajo y también los gastos, para ajustar las cuentas de resultados, a la vez que han emprendido acciones comerciales para tratar de hacerse un hueco en otros mercados. «Aunque esto no es llegar y cargar», reconocen desde el sector. A la industria le preocupa el descenso del consumo que se está registrando entre los ciudadanos británicos, aunque desde la patronal apuntan a que las marcas españolas están bien posicionadas en este mercado, y eso es un valor a tener en cuenta.

El problema lo pueden tener las fábricas de calzado que trabajan para marcas de Reino Unido que ahora, con la devaluación de la libra, pueden optar por hacer sus pedidos a otros centros de producción de calzado.

Desde la Asociación de Empresarios Valencianos del Calzado (Avecal) reconocen que hay una seria preocupación en el sector zapatero, mientras se espera a ver qué depararán las negociaciones de Reino Unido con la Unión Europea, y cómo quedarán las fronteras. No obstante, el presidente de FICE, José Monzonís, insiste en que «no hay que perder de vista que el Brexit aún no se ha producido y que no hay barreras a la exportación».

Por su parte, Marian Cano, de Avecal, sostiene que ahora más que nunca «hay que apostar por la diversificación, y ayudar a las empresas a llegar a nuevos mercados en los que las firmas puedan aumentar la cartera de clientes».

Mientras tanto, los números que se registran en Reino Unido siguen lastrando el volumen de las exportaciones que se envían a los países de Europa, que aún acaparan el 80% de la producción que las empresas de calzado de la provincia destinan a los mercados exteriores.

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