Los últimos informes desfavorables sobre el Mercado Central han tensado las cuerdas en el seno del tripartito. Si hace unas semanas esa división quedaba más que evidente por la decisión de desalojar a los placeros resistentes en el edificio, con el rechazo de Compromís, ahora el detonante han sido los informes negativos del Consell.

Las discrepancias entre PSOE y Compromís se han elevado más si cabe por las dudas que el alcalde, Carlos González, otorgaba al documento del inspector de Patrimonio del Consell, Luis Pablo Martínez, donde alertaba del impacto negativo que supondrá el aparcamiento para la salvaguarda del Misteri.Directamente, la portavoz de Compromís, Mireia Mollà, enmendó ayer la plana al primer edil y le recriminó que haya cuestionado la valoración realizada por un profesional de la Generalitat, que, además, resulta ser expatrono de La Festa, y uno de los artífices de los patrimonios de la Unesco.

Mollà criticó que el alcalde incurriera en un «exceso de valoración» al declarar que el informe de la Conselleria sobre el impacto del Mercado en el Misteri está «escorado». La lideresa de Compromís defendió la «profesionalidad» y el «carácter técnico» de ese informe firmado por Luis Pablo Martínez.

Mientras desde una parte del Ejecutivo local opinan públicamente que este tipo de informes «desatan» alarmas, desde Compromís creen que ofrecen todo lo contrario. Los de Mollà defienden que estos documentos que salen a la luz vienen a demostrar que el proyecto no cumplía con «las garantías suficientes». No obstante, las diferencias que genera el proyecto, a día de hoy, no se quedan ahí. Si desde el PSOE se escudan en que es el Consell el que tiene la pelota sobre su tejado, Compromís reiteró una vez más que la decisión política sobre el futuro del edificio de abastos la tiene que tomar el Ayuntamiento.

Y así, con las posturas enfrentadas, después de dos años, el Mercado espera a que lleguen unas terceras excavaciones en sus alrededores para descartar que existen restos de valor. Los placeros resistentes en el edificio también están a la espera de recibir las notificaciones enviadas ya por el Ayuntamiento para desalojar sus puestos. Pese a ese bloqueo en el tiempo y esas opiniones encontradas, Compromís también echa balones fuera y descarta que la resolución se haya ralentizado por las divisiones en el tripartito. «Van en el tiempo que tienen que ir porque antes no estaban hechas las cosas», sentenció Mireia Mollà.