No hay mejor canción grabada que la que retrata un instante. Porque no solo traslada el mensaje sonoro y semántico que propone el artista sino las emociones que rodearon la ejecución del tema, el ambiente que había alrededor y las dulces imperfecciones que convirtieron el momento en algo real, único y, por lo tanto, irrepetible.

Esa esencia es la que alimenta el último disco del músico ilicitano Nacho Casado, «Verâo», cuya grabación se ha alejado de fórmulas sintéticas en la que el sonido va recogiéndose pista a pista. Casado quería que el productor, en este caso el catalán Lluís Cots, captara sus canciones en el más absoluto de los directos, buscando ese punto acústico y primitivo, que, además, se dejara empapar por un lugar perfecto para la inspiración: un pequeño rincón del Mediterráneo.

Y es que el estudio de Cots se encuentra en el pueblo de Arenys de Mar de la Costa Brava, en el que la masa de agua preside sobre el resto de elementos, tanto física como socialmente. «De hecho, me alojaba en el hostal Portofino, nombre que, antes de conocer este sitio, había seleccionado para una de las canciones. Curiosidades de la vida», explica este músico, hasta ahora conocido por su trayectoria con La Familia del Árbol, una banda de pop que comparte con su mujer, Pilar Guillén, con la que han conseguido sacar cabeza en mitad de la escena nacional independiente.

En «Verâo», quizá por el momento vital en el que se encuentra inmerso, busca un sonido algo más luminoso al que estaba acostumbrado, en los que introduce detalles mediterráneos, brasileños y jazzísticos. En este último caso, dedicados al gran Chet Baker. «La presencia de estos estilos se ha visto reforzada, durante el proceso de grabación, por la participación del contrabajista Jordi "Cobre", que ha trabajado con otros artistas como Fito o Lichis. Nos conocimos allí mismo, en el estudio. Él no sabía nada de mi música, pero, poco a poco, comenzó a escucharla y a improvisar sobre ella. El resultado fue increíble», recuerda Casado con respecto a esos recientes cuatro días de grabación de su primer álbum.

También en tierras catalanas, concretamente en el estudio Ultramarinos, se ha masterizado el disco. El objetivo del ilicitano es comenzar a distribuir su debut sonoro en octubre, a través de la pequeña discográfica que se lo edita, Cydonia, propiedad de Ramón Rodríguez, cantante de The New Raemon. «La impresión de las carátulas también tendrán un punto artesanal. El diseñador Arnau Pi está utilizando tipografías reales, como las que usaban antiguamente los periódicos. En definitiva, trato de darle valor a todo el proceso. Desde el primer acorde hasta el producto final», subraya.