Impacientes por conocer qué pasará con su futuro y cuánto tiempo tendrán que esperar más en el mercado provisional. Los vendedores que realizan su actividad diaria al otro lado del río han cumplido dos años en unas instalaciones pensadas desde el primer momento para estar abiertas precisamente durante dos años. Sin embargo, cumplido ese plazo, los placeros, partidarios del nuevo proyecto del Mercado y del aparcamiento subterráneo, continúan trabajando con cierta incertidumbre, admiten.

«Somos más optimistas que hace dos años cuando entró el nuevo Gobierno, pero queremos tener seguridad sobre cuál va a ser nuestro futuro», revelaban desde la junta directiva de la asociación del Mercado Provisional. Las dudas han disminuido, pero siguen ahí por si los planes de Aparcisa pudieran torcerse en el último momento. No obstante, lo que cree la mayoría de los vendedores es que las excavaciones arqueológicas en el perímetro hallarán prácticamente lo mismo que lo que ha aparecido en el subsuelo del recinto, nada de valor, según puntualizan. Pese a que desde la directiva señalan que para la mayor parte de los placeros las ventas han mejorado o, por lo menos, se han mantenido, también se han dado algunos cierres. Hay puestos que han bajado la persiana, entre cuatro y cinco por diferentes problemas. Ahora mismo otro vendedor está a punto de dejar también su tienda de frutas y verduras porque la caja no corre a su favor. Las ventas no cubren sus gastos mínimos y admite que no puede soportar el pago de un alquiler que ha aumentado considerablemente respecto a lo que afrontaba en el antiguo Mercado Central.