Hoy, por segunda vez desde las elecciones que llevaron el cambio político a la Generalitat y al Ajuntament d'Elx, celebramos en el Salón de Plenos el Patronato del Palmeral. Como ya ocurrió el pasado 30 de noviembre de 2015, el acto se celebrará con la presencia del conseller de Cultura, Vicent Marzà, que es quien preside este órgano y será abierto al público. Cabe recordar que en 2015 hacía más de una década que ningún conseller de la Generalitat se acercaba a Elx para tal acontecimiento y que por primera vez en la historia de esta institución la reunión fue pública en aras de una mayor transparencia en la gestión del Palmeral. Un acontecimiento que se repite este 20 de junio y que contrasta claramente con la opacidad y el desinterés de la anterior Corporación hacia el órgano encargado de gestionar y proteger nuestro Palmeral.

Si en la reunión del Patronato de 2015 se establecieron las prioridades para los siguientes años: plan de lucha contra el picudo, reforma de la Ley del Palmeral, Plan Especial del Palmeral y Plan de Usos y Gestión, en esta ocasión presentamos la actualización de la Ley, que desde que fue aprobada en 1986 no ha sido modificada para adecuarse a los nuevos tiempos. En el Patronato de 2015 se estableció por un lado la formación de una comisión técnica que elaborase una propuesta de actualización y, por el otro, se aprobaron los principales criterios que debían guiar esa reforma: mayor transparencia y participación de los órganos de gestión del Palmeral, mejorar el funcionamiento de estos órganos para facilitar la lucha contra las plagas del Palmeral e incluir como elementos protegidos por la ley todo aquello recogido en el la Declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cabe recordar que cuando fue aprobada la Ley del Palmeral este no había sido declarado Patrimonio de la Humanidad, todavía no había llegado a nuestro municipio la plaga del picudo rojo y la transparencia y la participación no eran prácticas tan relevantes en la gestión como lo son ahora. Reivindicaciones, por cierto, que la sociedad organizada en torno a la defensa del Palmeral, notablemente Volem Palmerar, venía proponiendo desde hacía años.

La propuesta definitiva, que hoy se elevará al Patronato como primer paso de cara a su traslado al debate político en Les Corts, donde tendrá que ser aprobada, incluye todos los elementos propuestos. Por ejemplo, el realizar las reuniones del Patronato en sesión pública, una medida puesta en marcha por primera vez por este Gobierno, será obligatorio a partir de esta modificación de la Ley; se acabaron las reuniones a puerta cerrada. Además la sociedad civil organizada en torno a la defensa del Palmeral tendrá representación con voz y voto en los órganos de gestión del Palmeral: Junta Gestora y Comisión Técnica. La Junta Gestora que, al contrario que el Patronato, la convoca el propio Ajuntament, pasará ahora a tener capacidad sancionadora. Hasta ahora sólo la tenía el Patronato, que se reúne de forma anual, lo que agilizará la lucha contra las plagas sobre todo en los huertos privados. Además se crea un Servicio de Inspección del Palmeral cuyos inspectores tendrán consideración de agente de la autoridad, una especie de policía del Palmeral.

La Ley del Palmeral de 1986 sólo contiene como elemento a proteger la palmera datilera. Concepto incompleto en comparación con la declaración de Patrimonio de la Humanidad, que incide en el carácter agrícola del paisaje único del Palmeral, mencionando explícitamente la estructura de los huertos, la historia vinculada a ellos, así como el sistema hidráulico que le da vida. Todos estos elementos se incluyen ahora en la Ley como elementos a proteger: los huertos de palmeras, el sistema de riego, la red de caminos tradicionales, las palmeras aisladas o singulares y las construcciones tradicionales. Mención especial cabe hacer del oficio de palmerero o palmerera y de la artesanía de la palma blanca, que pasarían a ser Bienes de Interés Cultural con la reforma de esta Ley, un paso fundamental en el reconocimiento de dos hechos culturales que nos identifican como municipio.

Por último se ha aprovechado la reforma de la Ley para incluir la protección urbanística del Palmeral, adelantando parte del trabajo que se está realizando con el Plan Especial del Palmeral, el siguiente gran documento que se aprobará durante este 2017. En la Ley se incluyen y delimitan los usos del Palmeral en la zona protegida por la Unesco: agrícola, ganadero, social, cultural y ambiental. Se podrán rehabilitar o reconstruir edificios tradicionales pero en ningún caso podrá autorizarse la ampliación de edificaciones o instalaciones. En el resto del Palmeral se permite el uso residencial, hotelero y turístico con ciertas restricciones.

Los retos de nuestro Patrimonio son numerosos y no podemos pretender solucionarlos todos en tan sólo cuatro años, pero sin duda este mandato va a suponer una antes y un después. Estamos blindando el Palmeral de sus dos mayores amenazas. La más reciente, la plaga del picudo, cuyo plan de lucha está dando resultados muy esperanzadores: la incidencia de la plaga no sólo ha dejado de multiplicarse exponencialmente sino que las palmeras afectadas se reducen año a año. La otra amenaza es mucho más antigua, el urbanismo salvaje que ha dejado el Palmeral convertido en un queso Gruyere. Gracias a la actualización de la Ley del Palmeral y el Plan Especial que se está elaborando vamos a detener para siempre estas prácticas. Además también en esta legislatura se va a redactar el tan necesario Plan de Uso y Gestión del Palmeral, herramienta fundamental que establecerá las bases para una mejor gestión del Patrimonio, identificando no sólo los problemas y retos que arrastra o tiene por delante el Palmeral, si no también cómo solucionarlos. A todo ello hay que sumar al regreso, a través del Instituto Tecnológico de la Palmera, de la tecnología del cultivo in vitro, que se perdió tras el súbito cierre de la Estación Phoenix en 2011 por el Gobierno del PP y la mejora paulatina del mantenimiento de los más de 70 huertos municipales. Sin duda la suma de todos estos avances va a suponer ese punto de inflexión que el Palmeral llevaba pidiendo durante décadas.

Por cierto, hoy 20 de junio, Día Internacional de los Refugiados, no podemos olvidar el drama que viven miles de familias abandonadas a su suerte en las fronteras europeas. Bienvenidos, siempre, refugiados.