En el punto de mira, pero, por el momento, bajo control. Elche aglutina varios espacios de alta concentración de palmeras en los que la plaga del picudo está haciendo estragos.Se trata de uno de los viveros municipales que se encuentra en el puente Bimil·lenari y, por otro lado, hay otros focos en los dos jardines de los Niños y las Niñas de Elche.

Tres espacios convertidos casi en «puntos negros» en el Palmeral ilicitano donde el Ayuntamiento ha decidido poner la lupa y evitar que el escarabajo continúe reproduciéndose y que pueda extenderse a otras zonas. De hecho, con el mapa del picudo sobre la mesa, y después de aprender de experiencias pasadas, como la del Hort del Gat, donde hace un año se detectó el mayor foco de la plaga de todo el término municipal, ahora el tripartito directamente va a dar otro uso a estos espacios convertidos en un problema.

El del Bimil·lenari es uno de los viveros de titularidad municipal que tiene 150 palmeras, por lo que se trata de uno de los más pequeños con los que cuenta el Ayuntamiento. Sin embargo, el tripartito reconoce que, hoy por hoy, es donde más resistencia está teniendo la plaga.

«Era un espacio abandonado durante muchos años y, aunque ahora nos estamos encargando de retirar las que tienen picudo, la idea es que las que queden sanas se utilicen para la repoblación y luego clausuremos el espacio», apunta el concejal de Medio Ambiente, Antonio García. En una situación parecida se encuentran esos huertos que en el anterior mandato socialista se pusieron en marcha para que cada niño que naciera en la ciudad tuviera una palmera con su nombre. Uno de ellos se ubica en la zona de Altabix Universidad y el otro frente al Hospital del Vinalopó.

«Son puntos donde el picudo se hizo más fuerte porque son todo palmeras jóvenes y porque se descuidaron durante muchos años. Ahora son espacios a reinventarse», admite el edil del área.

Con esta idea, y pese a que desde el Ejecutivo local señalan que ya hay un mantenimiento y unas labores de poda continuas, ya no ven el sentido a que esta iniciativa permanezca teniendo el uso que se ideó hace siete años.

Otra cosa es lo que se va a hacer con otro de los puntos conflictivos dentro del término municipal. En concreto, en el vivero municipal situado en Las Bayas, donde hay unas 10.000 palmeras, también tratan de poner en vereda al picudo rojo. Sin embargo, en este caso no hay intención de acometer talas masivas o de clausurar las instalaciones, a expensas de ver cómo evoluciona la plaga.

«Son lugares donde el picudo había encontrado el mejor lugar para reproducirse, auténticos caldos de cultivo», reconoce Antonio García, quien incide en la necesidad de aplicar soluciones en función de la situación de cada espacio.

Pese a la existencia del peor enemigo del Palmeral en esas zonas sensibles ya localizadas, el Consistorio asegura que el futuro del Patrimonio de la Humanidad «está garantizado», porque hay miles de ejemplares disponibles para repoblar los enclaves donde haya necesidad. En este sentido, la reforestación es una de las actuaciones que el Ayuntamiento quiere potenciar ahora en Elche para plantar palmeras jóvenes en las zonas donde se hayan talado o secado. Como ejemplo, los huertos dels Ponts, del Clot y de la Rogeta son tres escenarios donde ya se han plantado 300 ejemplares.

Tras estos emplazamientos, los siguientes en los que el tripartito tiene previsto actuar se localizan en la ladera del Vinalopó, como son los huertos de Tomballops, del Contador y del Bon Lladre, donde se perdieron varios centenares porque estuvieron sin regar por una obstrucción en la acequia de Marchena. El objetivo del equipo de gobierno ahora es adaptar esta iniciativa al calendario de riego al considerar que «estamos ante un buen momento para recuperar zonas afectadas porque la presión de la plaga ha disminuido», asegura el concejal de Medio Ambiente. Por ahora, el Ayuntamiento cifra en un 60% la bajada de la incidencia del picudo en Elche.