Un agente fuera de servicio de la Policía Nacional detuvo el lunes al autor de cuatro robos con violencia a jubilados, después de pillarlo «in fraganti» en el último de estos asaltos. Los hechos ocurrieron alrededor de las 19.40 horas en el número 103 de la calle Antonio Brotons Pastor, en Elche. Según el testimonio de la víctima, de 70 años, el agresor lo siguió al entrar en el portal de su vivienda. Al llegar a los ascensores, lo cogió del cuello y lo tiró al suelo, donde lo registró hasta coger su cartera, con el fin de robar lo que llevara en ella. En ese momento, comenzó a pedir socorro, por lo que el presunto ladrón comenzó a golpearle dándole puñetazos en la cara. Tras conseguir quitarle la cartera, sustrajo el dinero de su interior y emprendió la huida, dejando la cartera de nuevo en el suelo. El «botín» fue de tan solo 16 euros, el dinero que el hombre llevaba en la billetera.

Justo en el momento en el que el agresor emprendió la huida, un vecino acudió en su auxilio, y comenzó a seguir al autor del robo. Tras una persecución por varias manzanas, otro viandante, un agente de la Policía Nacional fuera de servicio, logró retenerlo en la calle Juan Díez Martínez, y dio aviso al teléfono de emergencias para que se desplazara una patrulla de la Policía Nacional y la Policía Local hasta el lugar de los hechos. A la persecución se sumó otro de los vecinos, que fueron pidiendo ayuda a los viandantes para que retuvieran al detenido, hasta que este agente del Cuerpo Nacional de Policía logró capturarlo.

Por su parte, la víctima fue trasladada hasta el Hospital General Universitario de Elche, ya que sangraba de forma abundante por la nariz. Desde allí, de hecho, se remitió el parte de lesiones para la pertinente denuncia.

Reincidente

Tras las correspondientes averiguaciones, las autoridades judiciales descubrieron que el joven detenido era el presunto autor de otros tres robos con fuerza, también a personas mayores. Al parecer, escogía a jubilados que se encontraban solos, y los perseguía hasta el interior de sus viviendas, donde procedía a robarles. En todos los casos se trata de personas de más de 60 años, que se encontraban solas en el momento de los robos y en todos los casos se produjeron lesiones a consecuencia de estos asaltos. Tras la detención, los agentes comprobaron que, efectivamente, el detenido llevaba encima el botín del robo: un billete de diez euros, otro billete de cinco y una moneda de un euro.

A falta de valorar las lesiones de esta última agresión, la Fiscalía solicitará de dos a cinco años de prisión por robo con fuerza y agresiones, con el agravante de reincidencia. El detenido ya ha pasado a disposición judicial, si bien no trascendió si ha quedado en libertad a la espera de juicio, como es lo habitual en este tipo de casos. Lo que más llama la atención es el grado de violencia empleado teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos la cantidad robada era mínima.