En unos 15 millones de euros aproximadamente. En esa cantidad ha cifrado Inversiones Angaco Sud SL -propiedad del empresario ilicitano Alberto Candela-, que era la que comercializaba Xtep en España y Portugal, el lucro cesante y el daño emergente, esto es, las pérdidas y lo que ha dejado de ganar, después de que el juzgado, en primera instancia, decretara el cierre de las tiendas. En principio, el equipo legal y económico que asesora a la compañía ilicitana ha optado por la prudencia a la hora de valorar la indemnización solicitada a la empresa alemana Leineweber GmbH, que actuaba en nombre de la marca Brax, y que fue quien interpuso la demanda contra Xtep, lo que explica que la cantidad sea más moderada de lo que se estimaba inicialmente. De hecho, la solicitud de esos 15 millones en concepto de indemnización ya se ha formalizado en el juzgado. Con ello, y una vez que se cierre esta nueva fase, se daría carpetazo a más de tres años de litigios.

La Sección VIII de la Audiencia Provincial de Alicante, esto es, el Tribunal de Marcas de la Unión Europea, levantaba en diciembre del año pasado la prohibición de comercializar artículos de Xtep en España, aunque el fallo no fue firme, y, por tanto, inamovible, hasta enero, una vez que los germanos dejaron pasar el plazo sin presentar recurso alguno. A partir de ahí, la empresa ilicitana comenzó a evaluar los daños y perjuicios ocasionados en este tiempo, en un proceso que se acaba de cerrar ahora con la petición que se ha hecho al juzgado.

En particular, lo que se quería era cuantificar las pérdidas derivadas del último año y, concretamente, desde el 12 de mayo de 2016, cuando se cerraron los establecimientos y se dejó de comercializar Xtep en España. La clausura de las tiendas llegaba después de que Brax pidiera la ejecución provisional de la sentencia en primera instancia, la del Juzgado de Marca Comunitaria número 1 de Alicante, que unos meses antes había estimado casi en su totalidad el contenido de la demanda interpuesta en 2014 por la empresa germana.

A efectos prácticos, esa ejecución provisional de sentencia significaba que la empresa de Alberto Candela tenía que dejar de vender artículos de Xtep, tanto en tiendas físicas como en plataformas online en España y Portugal. Eso llevaba aparejado el cierre de siete establecimientos, dos de ellos en Elche -en el centro y en L'Aljub- que dejaron en el paro a 14 personas, así como de los locales de Alicante, Murcia, Ondara, Castellón y Villarreal. Eso supuso, como semanas más tarde reconocería Alberto Candela a este periódico, el pago de indemnizaciones por resolución de contrato por anticipado de los locales, y un stock valorado en unos 200.000 euros al que no se le pudo dar salida por esa prohibición de comercializar los artículos durante siete meses.

Ese cúmulo de circunstancias fue lo que llevó a Alberto Candela a admitir públicamente hace ahora dos meses que, para su compañía, después de lo que ocurrido en los últimos tres años, era inviable reabrir. «Perdimos localizaciones de tiendas en centros comerciales, pagando traspasos para estar en un buen lugar, y pagamos indemnizaciones por resolución de contrato por anticipado. Los locales están perdidos. Además, el mundo de la moda tiene un año para presentar modelos, muestrarios y fabricación, y es imposible reiniciar el negocio», señaló en ese momento el empresario ilicitano.

Sea como sea, el juez, en primera instancia consideraba que, como argumentaban los alemanes, los logotipos eran muy similares y podían llevar a confusión. La Audiencia, sin embargo, acabó dando la razón a Inversiones Angaco Sud SL, a China Company LTD -propietaria de la marca-, así como al Villarreal CF, equipo patrocinado por la multinacional asiática. La sala consideraba que el logotipo de Xtep, con una X con uno de sus remates alargados, en absoluto llevaba a confusión con el de la marca alemana Brax, cuyo logotipo también se sustenta en una X, pero más ortodoxa.