Ni diez días ha durado intacto el monolito en homenaje a La Pasionaria. El monumento que decidía recuperar el tripartito el lunes pasado para devolver del exilio del callejero ilicitano a Dolores Ibárruri era abatido ayer con pintadas falangistas.

La bandera con el yugo y el haz de flechas enmascaraban ayer ese rótulo que daba nombre a un nuevo jardín en el barrio de Altabix, entre el instituto Victoria Kent y las nuevas oficinas de Hacienda. A las pocas horas, operarios de limpieza del Ayuntamiento se afanaban en borrar esas huellas vandálicas que empañaron el monumento por unos instantes. No era algo insólito, en Crevillent también falangistas reivindicaban a José Antonio Primo de Rivera, tras la retirada de su monolito.

La recuperación de un jardín para la que fuera dirigente del Partido Comunista abría hace una semana un debate ideológico en la calle y en las redes sociales sobre si la aplicación de la Ley de Memoria Histórica beneficiaba a unos u otros. De cualquier manera, la retirada del monumento que había estado en la avenida de la Libertad durante décadas también desató la polémica en 2011, cuando el Gobierno municipal del PP tomaba la decisión.

Con la intención de desmarcarse de los tintes ideológicos, el Ayuntamiento defendía que La Pasionaria debía regresar a Elche por su lucha a favor de los valores democráticos y los derechos de los trabajadores, sin hacer mención a su vinculación con el Partido Comunista, una formación legalizada hace ahora 40 años. El tripartito lo consideró de «justicia histórica». Frente a ello, la oposición cargaba contra este gesto y echaba en cara al Ejecutivo local su afán por crear división.