«Estoy trabajando pero quiero cambiar, tener más tiempo libre y menos preocupaciones». Sergio es un ilicitano entre tantos que han optado por opositar para ser funcionario. Tiene 38 años y es Ingeniero de Telecomunicaciones, aunque próximamente se convertirá en Auxiliar Administrativo del Estado. Ya ha aprobado el examen teórico y está a expensas de superar una prueba práctica de Ofimática para obtener la plaza en propiedad, un sueño compartido por miles de jóvenes y no tan jóvenes a las puertas de que el Gobierno oficialice la que será la mayor oferta de empleo público desde que estallara la crisis.

Este anhelo ya se deja notar en las academias de la ciudad especializadas en la preparación de oposiciones para trabajar en la administración pública. En los últimos nueves meses, coincidiendo con el arranque del curso escolar, han experimentado un incremento en el número de matrículas próximo a un 30%, llegando a tener a alumnos en lista de espera para oposiciones como las de Auxiliar Administrativo, las más demandadas junto a las de Sanidad. Así lo asegura Maribel Salinas, directora de uno de estos centros de estudio, quien asegura que «cada vez hay más gente mayor» en sus aulas. «Laboralmente tienen más complicado encontrar trabajo y optan por esta salida», razona.

Su academia, que abarca todo tipo de oposiciones, cuenta con 60 aspirantes a funcionarios más que en septiembre, sobre un total de 200. «La convocatoria es muy atractiva por el número de plazas y eso se ha dejado notar», señala. Ante este «boom», hace un año y medio subió cinco euros el precio de la mensualidad, 70 euros por una clase semanal de tres horas.

Una de sus estudiantes, una joven de 30 años que prepara oposiciones para la Generalitat y el Estado, corrobora la teoría de Maribel. «Cuando empecé a escuchar en verano que iban a sacar muchas plazas me decidí a intentarlo», señala Erika, con ocho meses de estudio ya en la mochila y que, hasta ahora, apenas ha disfrutado de trabajos temporales.

César, compañero de clase de Erika, comparte la misma motivación que llevó a Sergio a prepararse la oposición de Auxiliar Administrativo. Dejó su trabajo hace año y medio para intentar ser funcionario y lograr conciliar en el futuro la vida laboral y familiar.

Al igual que en los centros globales, academias e instructores especializados en la preparación de oposiciones para la Policía Nacional y la Guardia Civil también disfrutan de este sensible repunte de opositores. «En el último mes se han apuntado diez alumnos. Cuando salían 100 o 200 plazas no se matriculaba nadie, pero ahora es distinto. El año pasado sacaron 2.500 plazas para Policía Nacional y este año salen 3.300», esgrimen desde la dirección de uno de estos centros como razón del repunte.