El físico ilicitano Iván Agulló, y un grupo de investigación de la Universidad de Valencia y el CSIC, han desmontado una teoría de más de 50 años del matemático británico James Clerk Maxwel que se basaba en una simetría dentro de los campos electromagnéticos, que podía llevar a pensar en la existencia de monopolos. Un hecho que, de confirmarse, con el paso de los años, podría reconfigurar las entrañas de todo el mundo tecnológico que nos rodea. El científico de Elche, que actualmente trabaja en la Universidad Estatal de Luisiana (Estados Unidos), ha probado, junto a sus compañeros valencianos, que esa «simetría», cuando se traslada al terreno de la gravedad y de la física cuántica, se rompe, desaparece.

Toda esta parrafada, que solo parece tener fuerza para emocionar a un grupo de investigadores en una convención de física internacional, es importante de cara a cualquier ciudadano de a pie por dos sencillas razones. La primera porque, como bien reseña Agulló, este tipo de hallazgos son similares a cuando, por ejemplo, se descubrió el electrón, «que en su momento nadie le dio importancia pero que, cincuenta años después, ha tenido un impacto alucinante en el mundo tecnológico e incluso en sus aplicaciones al campo sanitario. No digo que nuestro descubrimiento esté al mismo nivel que el del electrón, pero, aunque las simetrías nos otorguen cierto orden, romper con una idea preconcebida durante tantos años nos abre una puerta importante a nivel científico, que puede derivar en nuevos hallazgos», argumenta este físico, que lleva más de ocho años trabajando en Norteamérica.

La segunda razón que hace relevante su estudio es que con él, Iván Agulló, ha logrado ganar, por segunda vez, el primer premio del concurso que convoca, anualmente, la Gravity Research Foundation de Estados Unidos. Un prestigioso galardón que nació en 1949 y que tiene como objetivo estimular nuevas ideas sobre todas las teorías de la gravedad que en su día iniciaron nombres como Copérnico, Galileo o Newton. Además, se trata de una distinción que, en los últimos años, han conseguido prestigiosos científicos del campo de la física como Gerard 't Hooft o Frank Wilczek, ambos ganadores del Premio Nobel. También se hizo con el premio el físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico Stephen Hawking, con el que Iván Agulló compartió grupo de investigación durante su estancia en la prestigiosa Universidad de Cambridge.

La primera vez que el físico ilicitano y su equipo conquistaron al jurado de la Gravity Research Foundation fue en 2011. De hecho, ese año, se convirtió en el primer español en recibir dicha distinción. En esa ocasión presentaron un ensayo -esta fundación demanda un texto muy divulgativo, que pueda trascender incluso de la comunidad científica- en el que ofrecían una mecanismo para conocer los orígenes del Universo a través de la observación del fondo cósmico de microondas.

Una línea de investigación en la que, seis años después, sigue trabajando. Si su reciente estudio amplía la teoría de Maxwell, ahora trata de resquebrajar otra mucho más universal que podría obligar a reescribir todos los libros de ciencia y de historia. Iván Agulló está explorando la posibilidad de que el origen del Universo no se deba al bautizado como Big Bang. La hipótesis sobre la que trabaja Agulló defiende que lo que realmente se produjo es un gran rebote. «Actualmente, el Universo está en expansión pero, según las teorías que manejamos, también tuvo una fase en la que se contraía, en la que se pudo hacer tan pequeño como te puedas imaginar. Al llegar a un tamaño mínimo, el Universo experimentó una alteración producida por aspectos cuánticos de la gravedad que provocó que dejará de contraerse para empezar a expandirse», detalla el ilicitano, que recibe fondos de instituciones como la Nasa para sus investigaciones.

Una explicación que suena a película de ciencia ficción, como cuando se informó del descubrimiento de siete exoplanetas con características similares a la Tierra. Para este científico, el dicho de que la realidad puede superar con creces a la ficción es bastante certero. Entre sus películas favoritas se encuentra Interestellar, «sobre todo porque está hecha por físicos y las imágenes que aparecen de agujeros negros son simulaciones por ordenador que utilizan ecuaciones formuladas por Albert Einstein», dice Iván Agulló.