Los vecinos de Portes Encarnades, junto a la entrada y salida de la ciudad por la carretera de Dolores, llevan años viendo cómo los pasos de cebra que conectan el barrio con el otro lado de esta vía tan solo están pintados en uno de los dos sentidos de circulación. Un «sin sentido», aseguran, que origina graves problemas de seguridad puesto que, al cruzar, los coches que circulan en el sentido contrario al que carece de paso peatonal no paran -nada les indica que deban hacerlo- y los viandantes apenas tienen una mediana de unos pocos centímetros para esperar. Si bien es cierto que los pasos de cebra parecen no llevar a ninguna parte, pues el otro lado de la vía no tiene ni siquiera acera o arcén por la que ir a cualquier sitio, son muchos los residentes que cruzan cada día hasta el solar de enfrente, su única vía de acceso a lugares como la ladera del río Vinalopó, por la que cruzar al otro lado de la ciudad, pues el Puente de Barrachina, junto al barrio Portes Encarnades, tampoco es transitable para peatones.

Pese a que los vecinos piden completar estos pasos, desde el Ayuntamiento se plantean todo lo contrario: eliminarlos. El edil de Vía Pública y Tráfico, Héctor Díez, explicó a este diario que «el problema es que la acera y los pasos de cebra en el otro lado de la vía le corresponde construirlos al promotor que desarrolle el sector E-16 -el solar frente a Portes Encarnades, hacia el puente-. Por eso, lo que estudiaremos será el borrado de los que ya existen, que pintó el promotor de estos inmuebles. Hay que eliminarlos porque, efectivamente, no tienen ningún sentido, y por eso comprobaremos la situación cuando adjudiquemos el nuevo contrato, lo que nos permitirá el pintado de pasos de cebra y también eliminarlos en estos casos».

El Consistorio no se plantea completar los acceso peatonales debido a esa falta de aceras o arcenes que, en el opinión del edil, no haría más que incrementar los problemas de seguridad. Sin embargo, los residentes temen que, en la práctica, esta medida sirva para dificultar aún más el acceso al solar de enfrente, que utilizan como vía de comunicación con la ladera y el otro lado de la ciudad, porque «al no haber paso ni siquiera en un lado, habrá que cruzar los cuatro carriles y la mediana a la carrera», pues, afirman, la eliminación de los pasos no estará ligada a la supresión del tránsito peatonal en esta vía.