La Sección Séptima de la Audiencia Provincial, con sede en Elche, acogió ayer el juicio contra tres acusados de poseer hasta diez kilos de cocaína para la venta al menudeo, que llevaban a cabo principalmente en Catral y Almoradí, pero también en una vivienda de la calle Federico García Lorca de Elche. El fiscal pide penas de nueve años de prisión para dos de los detenidos, y de siete años y seis meses para el tercero, además de indemnizaciones que en dos de los casos rondan los 600.000 euros Las detenciones se realizaron el 31 de mayo y el 1 de junio de 2014, en el marco de una operación conjunta de la brigada de estupefacientes de la Policía Nacional. Las investigaciones se centraron sobre uno de los detenidos que cuenta con antecedentes penales por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.

El seguimiento de este ciudadano, que reside en Catral, permitió localizar al proveedor que le facilitaba la droga que después, según los informes policiales, vendía «al menudeo», tanto en su lugar de residencia como en la vivienda ilicitana, propiedad de unos familiares del detenido. Las pesquisas dieron resultado y la Policía logró identificar a ese proveedor. Este fue detenido el 31 de mayo de 2016 en un chalé de una pedanía de Almoradí, cuando recibía del tercer acusado un paquete envuelto en papel de cocina. Tras el registro del inmueble, propiedad de este último, los agentes encontraron 6.443 gramos de cocaína, un gato hidráulico utilizado presuntamente para prensar la droga, dos kilos y medio de sustancia de corte, 757 gramos de cannabis y otros paquetes menores de cocaína y cannabis, con un valor en el mercado de cerca de 520.000 euros.

Llaves en una palmera

Un día más tarde los agentes se personaron en las dos viviendas de uno de los arrestados, tanto la situada en Elche, propiedad de unos familiares, como en su residencia habitual en la calle Purísima de Catral. Sin embargo, el principal objetivo de la Policía era el de encontrar las llaves de una vivienda situada en el mismo inmueble donde reside el acusado, y que sospechaban que utilizaba como piso de seguridad para guardar la droga de otro de los detenidos, que luego vendía al menudeo. Los investigadores llegaron a esa conclusión basándose en los seguimientos y vigilancias realizadas durante meses. Tras un registro fallido, los investigadores localizaron las llaves escondidas en una palmera, junto a la esposa del detenido, en la puerta del inmueble, quien declaró ayer desconocer cómo había llegado allí el juego de llaves.

El registro de esta última casa permitió, esta vez sí, localizar más de un kilo de cocaína y dos básculas de precisión, con un valor de venta de 63.726,31 euros. El fiscal solicita, además, multas de 63.726,31 euros, de 592.203,78 euros y otra de 522.357 euros para los detenidos.