Los 25 niños que actualmente forman parte del programa de terapia de AITEAL están divididos en tres grupos por cuestiones de edad y necesidades: el primero, con pequeños en edades comprendidas entre los tres y seis años; el segundo, para niños entre seis y diez; y el tercero y último, el más numeroso, en el que participan adolescentes de entre diez y 16 años de edad. Sin embargo, el programa de terapia de AITEAL no se limita exclusivamente a las actividades que desarrolla en el Polivalente de Carrús tantos las tardes de los viernes, de 18.00 a 19.30 horas, como la mañana de los sábados, entre las 10.30 y las 12.30 horas.

La asociación cuenta con una escuela de verano en el Centro Social de Altabix, también de titularidad municipal y en la que el Ayuntamiento se encuentra involucrada económicamente. El objetivo es que los niños puedan estar ocupados y atendidos en el mes de julio, que sigan en contacto con sus compañeros y salgan de casa. «Hay muchos familias que no pueden pagar una persona que los atienda o apuntarlos una actividad diaria. Nosotros tratamos de mantenerlos ocupados», asegura Laura Gómez.

La presidenta de AITEAL destaca entre los beneficios que genera la labor de su asociación, más allá de los estrictamente terapéuticos, que «los niños se relacionan entre ellos y los padres se dan apoyo unos a otros». «A los 12-13 años lo mejor es que hagan deportes, actividades», añade.

Además de la escuela de verano, los usuarios más mayores de AITEAL elaboran un programa de radio todos los lunes en una emisora local llamado «Con A de Autismo». Y no uno cualquiera. Ha ganado el premio al mejor programa de «Radio Jove». «Cada niño es diferente y tiene unas necesidades diferentes. Esto no es como un resfriado, para el que todo el mundo se medica con paracetamol, pero el autismo es tratable si uno lo trata. Hay que olvidarse de las etiquetas y ayudarles, y actividades como ésta lo consiguen», destaca la presidenta.

A la escuela de verano y el programa de radio se suman otras actividades grupales más esporádicas, como clases de golf adaptadas para personas autistas. También sesiones de cine con películas en los cine Odeón, cada vez menos, con proyecciones adaptadas para niños con trastornos del espectro autista y del lenguaje.

En este contexto de lucha por allanar el camino de las personas con Trastorno del Espectro Autista y del Lenguaje, AITEAL logró instalar 200 pictogramas en el centro histórico de la ciudad y cuatro colegios. «Se manejan por apoyos visuales y al ver un dibujo pegado en la pared se ubican mejor», asegura Laura Gómez. «No necesitamos dar pena, sólo ayuda», sentencia.