Las dependencias de la Guardia Civil de Elche tienen bajo su protección casi un millar de armas incautadas por una orden judicial. Se trata de rifles, pistolas de fogueo y navajas que pudieron ser utilizadas o no para cometer un delito, pero que han sido intervenidas en el marco de una detención. Ejemplo de ello son las numerosas escopetas confiscadas por el Juzgado de Violencia de Género de Elche, que representan la cifra más numerosa de todas las armas judiciales que custodia la Benemérita.
No en vano, los agentes señalan que ese amplio volumen de armamento tiene su explicación. Los procedimientos por Violencia de Género llevan aparejada la retirada de todas las armas que en ese momento disponga el detenido, que en muchas ocasiones, casualmente, también tiene autorizado un permiso de armas.
No obstante, en el caso de los rifles y las armas blancas confiscadas por los Juzgados de Instrucción y que se encuentran custodiadas por la Guardia Civil, sí que pueden estar ligadas a un delito o a una detención.
También son habituales entre las armas intervenidas las pistolas detonadoras de fogueo, que ahora mismo son de venta libre y que tan solo es necesario un DNI para hacerse con un artefacto de estas características. Y es que lo que sí está permitido en la actualidad es disponer de estos revólveres pero dentro de casa, sin que salgan a la calle, de lo contrario sí que son incautados. De hecho, lo más común es que muchos particulares los tengan en casas de campo como instrumento intimidatorio.
Sin embargo, estas pistolas de fogueo que no generan daño y que tan solo emiten un ruido, también son empleadas en atracos por su gran similitud con las armas de fuego. Entre ese material confiscado y que ahora mismo guardan los agentes de la Guardia Civil también se encuentran pistolas de aire comprimido que se vendían en una tómbola sin ninguna autorización.
Así, en mitad de todo ese arsenal hay otras decenas de armas que pertenecen a la Subdelegación del Gobierno y que en su mayoría corresponden a pistolas de agentes de la Policía.
A diferencia de las que han pertenecido a particulares y que han sido entregadas en el cuartel, las armas judiciales tienen fecha de entrada, pero no de salida, ya que entre los sótanos de la Guardia Civil hay armamento confiscado desde el año 2004.
