Los efectivos de la Guardia Civil dedicados al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) en la comarca del Baix Vinalopó han incrementado la vigilancia en centros de animales dedicados a la compraventa, en clínicas veterinarias y en albergues ante el incremento de denuncias o de avisos realizados por vecinos.

En esos operativos, algunos impulsados en el marco de campañas nacionales relacionadas con la fauna, los agentes han realizado inspecciones sorpresa también en las sociedades protectoras de animales asentadas en la localidad.

Y precisamente esos registros han acabado con denuncias por parte de la Guardia Civil a dos asociaciones con sede en dos partidas del Camp d'Elx por la falta de permisos para tener completamente regularizada su situación, como son la Protectora de Animales y Plantas Baix Vinalopó y el Proyecto Cuatro Patas.

Se trata de centros gestionados por asociaciones sin ánimo de lucro y dedicados a la acogida de animales que han acabado siendo denunciados por el Seprona por la falta de licencia del núcleo zoológico y la consiguiente ausencia de licencia de apertura, según fuentes de la investigación. Demandas que ya han sido trasladadas al Ayuntamiento y a la Generalitat, encargada de resolver en última instancia y de iniciar el expediente sancionador contra las asociaciones que se encuentran en el punto de mira.

Según la legislación, los permisos del núcleo zoológico son las licencias que deben tener los lugares que se dediquen a la recogida de animales, zonas de adiestramiento, acogida temporal o duradera, cría, venta, compra o donación de animales domésticos, salvajes o mascotas.

Unos trámites que, según señalaron desde las dos protectoras de animales, ya han sido solicitados y están a la espera de ser resueltos por parte de la Administración pública, a la que precisamente han achacado la falta de respaldo y la lentitud a la hora de solventar el procedimiento. A esas dificultades burocráticas con las que han de lidiar los colectivos animalistas se suman los obstáculos diarios y la lucha por tratar de hacerse cargo de unos animales abandonados o incluso maltratados y todo ello con escasos recursos. «Nuestro trabajo es totalmente altruista y funcionamos con las ayudas de nuestros colaboradores privados para poder acoger y dar en adopción a estos animales», señalaron desde la protectora de Animales y Plantas Baix Vinalopó, desde donde defendieron que la licencia de núcleo zoológico está en trámite y precisaron que mientras tanto pueden seguir funcionando. Esta sociedad lleva 22 años en Elche y desde hace unos años se ha desplazado a la nueva ubicación, donde se encarga de atender a un centenar de perros y decenas de gatos.

De manera similar, la asociación Proyecto Cuatro Patas se encarga desde hace meses de dar cobijo a un caballo, un cerdo vietnamita y a una oveja en una finca del campo de Elche. Sus voluntarios se dedican principalmente a buscar adopción a animales abandonados o con riesgo de exclusión y también preparan campañas de sensibilización. «Es una pena que haciendo la labor social que realizamos no contemos con el respaldo de las administraciones públicas para mantenernos y nos encontremos con numerosas trabas burocráticas», lamentaron desde el colectivo.

En el trasfondo de esos impedimentos hay una reivindicación histórica en la ciudad y de los animalistas para crear un albergue municipal de acogida de animales ante las numerosas mascotas que cada día se quedan en la calle porque son abandonadas por sus dueños.