Elche viene aumentando progresivamente en la presente década unos niveles de concentración de ozono que, si bien no son perjudiciales para la salud humana, no son nada buenos para la vegetación ni, por tanto, para la producción agraria, es decir, para el Camp d'Elx. A su vez, son indicativos de cómo la temperatura media está subiendo, así como del incremento de distintos gases contaminantes en la atmósfera.
El hecho es que el municipio ha superado por segundo año consecutivo las concentraciones máximas establecidas por la legislación, unos límites, no obstante, que son distintos para la protección de la salud humana.
Las unidades de medida de concentración de ozono se expresan en microgramos por metro cúbico y hora (µg/m3) y la legislación europea establece que el valor objetivo para la protección de las plantas no debe superar los 18.000 gramos por metro cúbico En concreto, en el municipio ilicitano esa cifra límite no se ha superado solo puntualmente en el año 2015, sino que ha vuelto a ocurrir en 2016. En concreto, el año pasado se rebasó ese valor objetivo de 18.000 µg/m3 ya que se alcanzaron los 20.925 microgramos, mientras que en 2016, la concentración fue de 20.925.
Como dato comparativo cabe reseñar que, en el año 2010, las anotaciones indican que el dato era de 8.798, según los registros oficiales, mientras que durante esta década las concentraciones se han mantenido siempre por debajo de 18.000, con las dos excepciones señaladas y también la del año 2013, cuando se anotó un registro de 24.943 µg/m3.
Elche cuenta con importantes zonas de cultivo (unas 7.430 hectáreas), destacadas zonas húmedas o muy próximas a su término (El Hondo y Salinas de Santa Pola) se encuentra muy cerca de la línea costera, registra temperatura medias altas y, además, es una ciudad industrial y con un importante parque de vehículos. Toda esta suma de factores, según se indica desde la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, así como por parte de expertos de la Universidad Miguel Hernández, contribuyen a que en determinadas zonas del municipio se concentren altos niveles de ozono.
El problema puede generarse cuando se superan los umbrales establecidos en el Real Decreto 102/2011 relativo a la mejora de la calidad del aire. Y esto es lo que está ocurriendo en Elche.
En la Comunidad Valenciana para hacer un seguimiento continuo de los niveles de ozono existe la Red Valenciana de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica (RVVCCA). Esta red cuenta actualmente con un total de 51 puntos de medida. En Elche las dos cabinas de medición se encuentran en el Parque Comarcal de Bomberos y en la zona del Parque Agroalimentario de La Alcudia. Es sobre todo en este último enclave donde los datos no son buenos.
La vigilancia de los niveles de concentración de ozono se realiza durante los meses de marzo a octubre dentro del Programa Previozono, pero en el caso de la protección de la vegetación se calculan de mayo a julio y por hora de promedio en un periodo de cinco años.
