Sobre esta idea gira el proyecto Coach Exit, que desarrolla por toda España la fundación catalana Exit y que recientemente ha puesto en marcha en la provincia. Este organismo, que asegura que funciona como una ONG, ha preparado a 31 voluntarios de ocho importantes firmas de la provincia para que ejerzan el papel de «coach» con 22 alumnos de nueve institutos de Elche, Crevillent y Alicante con riesgo de exclusión social y de entre 16 y 19 años. Es decir, que por su actitud, rendimiento o contexto, tienen muchas posibilidades de abandonar su formación. En la provincia han implicado Everis, Tempe, Gioseppo, Mustang, Ferrovial, Banc Sabadell y Adecco y a los institutos ilicitanos Pedro Ibarra, Sixto Marco, Nit de l'Albà, Victoria Kent, La Asunción y La Torreta. Y de Alicante al IES Figueras Pacheco y al Colegio Nazaret, mientras que de Crevillent al Canónigo Manchón.

El coordinador de ciclos formativos del Pedro Ibarra, Fran Macià, detalla que en su centro han resultado seleccionados tres alumnos, del título de Informática de FP Básica, que están siendo mentorizados por empleados de Tempe, Sabadell y Ferrovial. Cada estudiante, por tanto, dispone de su propio «coach». «El martes tuvieron un primer encuentro en el instituto, donde los alumnos les enseñaron las instalaciones a los profesionales. Después llevarán a cabo cinco sesiones individuales dentro de las empresas, acompañados por su mentor. Una introductoria para que conozcan cómo funciona la firma. Otra en la que los jóvenes seleccionarán un departamento para pasar una jornada observando y participando. Una tercera en la que se enfrentarán a una simulación de una entrevista de trabajo y una cuarta en la que se les planteará un reto a corto plazo que puedan afrontar, como cambiar algo a nivel de apariencia o aprender a expresarse mejor. La quinta será algo más lúdica con entrega de diplomas», indica.

Aprendizaje mutuo

Tanto los profesores encargados de coordinar este programa como los voluntarios de las empresas han recibido una formación en técnicas de «coaching» por parte de la Fundación Exit. Helena Pérez, responsable de Servicio al Cliente en la Oficina Multiubicación del Sabadell en Alicante y voluntaria en el IES Pedro Ibarra, manifiesta que no tuvo que tirar de las «preguntas poderosas» que les enseñaron por si la conversación, en algún punto, se bloqueaba. «Con Felipe fluyó todo desde el primer momento. Yo iba con ciertos nervios, porque al final es una responsabilidad y no somos profesionales en este tipo de situaciones. Pienso que la clave aquí es que nos vean como alguien cercano y como una realidad diferente a todos los que tratan de decirle lo que deben o no hacer», matiza Pérez.

Andrés Mollá, responsable de Calidad y Laboratorio en Tempe, que también se ha convertido en el mentor de otro alumno de este mismo instituto ilicitano, indica que «al venir de una empresa reconocida, del grupo Inditex, siempre les llama la atención saber lo que hay detrás. No obstante, te encuentras con que están un poco desorientados y les mueve la idea de conseguir dinero rápido. Nuestra labor, para combatir esas concepciones poco constructivas, es guiarles pero sobre todo aplicar una escucha activa, sin dar demasiadas lecciones. Para mí, igual que para él, todo esto es un gran reto».

En el Colegio Nazaret de Alicante entienden que un proyecto como el de Exit puede ser muy beneficioso para un centro de sus características, donde los estudiantes provienen de una de las áreas más deprimidas de la ciudad. «Para los dos que van a disfrutarlo ya ha sido un éxito haber sido seleccionados. Entran con otra actitud a las clases. Se siente valiosos y especiales», dicen desde la dirección. Charo Malpica, tutora de estos dos alumnos, que también ha sido formada como «coach» por la fundación catalana, afirma que lo importante es que «dejen de tener esa falta de visión de sus posibilidades, que son muchas y les pueden transformar».