En el año 2011 se puso en marcha un proyecto para recuperar el vertedero del Puntal del Búho, justo cinco años después de que la zona dejara de recibir residuos domésticos e industriales. Era el principio del fin para un vertedero que iba a dar paso a una zona verde en virtud de un proyecto de regeneración vegetal que los defensores del medio ambiente calificaban como modélico.

El proyecto consistía en dos fases, pero sólo se pudo realizar una por la falta de liquidez de la Generalitat Valenciana, que dejó de pagar a la empresa a la que se le había contratado el proyecto, dando pie a su abandono. El proyecto iba con cargo al Plan Confianza que impulsó el Gobierno valenciano.

Se realizó un gran movimiento de tierras, unos 60.000 metros cúbicos estimó la empresa que hizo los mismos, y se llegó a extender una capa de tierra para propiciar el asentamiento. Posteriormente, se colocó una gran capa de geocompuestos, y ahí se quedó todo, ya que la segunda y última fase nunca se llegó a realizar.

Así, una gran parte del trabajo que se realizó cayó en saco roto y la gran capa de geocompuestos ha quedado a la vista de todos durante años, en los que ha ido degradándose, rompiéndose y dejando una imagen escalofriante en el paisaje, generando un gran impacto visual, donde los expertos recuerdan que hay yacimientos de la Edad de Bronce, y, además, con el riesgo de incendios, al no haberse acabado el trabajo.

Por la zona, muy próxima al Pantano de Elche, pasan muchos ilicitanos aficionados a pasear por la cara norte del territorio municipal. Uno de ellos, Gaspar Agulló, afirma que, «en lugar de una zona verde, tenemos un monumento a la barbaridad», a la vez que recuerda que «aquí había yacimientos de la Edad de Bronce, que fueron arrasados por las excavadores, y no se ve que nadie haga nada para arreglar la situación».

Desde colectivos ecologistas, como Margalló-Ecologistes en Acció d'Elx, piden al Ayuntamiento que mueva ficha y trabaje para recuperar la zona. Adolfo Quiles, de Margalló, recuerda que, «durante la etapa de gobierno de Mercedes Alonso, registramos varios escritos en el Ayuntamiento pidiendo que se actuara en la zona, y nunca obtuvimos respuesta».

Además, los ecologistas aseguran que «clausurar vertederos y recuperarlos, como se iba a hacer con el Puntal del Búho, forma parte de las propuestas que presentamos a los partidos en las últimas elecciones, y Compromís, que está ahora en el Gobierno municipal, las asumió».

Por este motivo, desde Margalló solicitan que el Puntal del Búho se trate en el consejo municipal de medio ambiente. El colectivo lo reclamará formalmente, para que sea un asunto prioritario de la mesa de residuos que ven necesario poner en marcha.

Mientras tanto la imagen que ofrece la zona, visible desde la carretera de Aspe, el camino de los Magros y la propia autovía A-7, es desoladora, y más se agrava cuando se pasa cerca y se observa a simple vista como los residuos, por el efecto de las escorrentías, empiezan a salir a la superficie. Entre ellos destacan restos de la industria del calzado, recipientes y plásticos que se supone que deberían estar sepultados.

La fase que se quedó sin realizar contemplaba el aporte de una nueva capa de tierra y la revegetación con especies autóctonas, para que el vertedero pasase a ser una zona verde, como hizo con el de la Rápita, con el fin de mejorar la imagen de Elche en la entrada por Carrús. La inversión total prevista era de 1,5 millones de euros.