El profesor del departamento de Ingeniería de Comunicaciones de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) Javier Gozálvez Sempere ocupa la presidencia de la Sociedad Científica Internacional IEEE Vehicular Technology Society (IEEE VTS), una entidad que tiene entre sus metas el vehículo conectado que permitirá mejorar la seguridad una vez que los turismos se comuniquen entre sí y aporten información útil para regular el tráfico.

¿Qué trabajo llevan a cabo en la Vehicular Technology Society?

Somos una sociedad centrada en tecnologías de movilidad con tres áreas de interés que son las comunicaciones móviles e inalámbricas, automoción y sistemas de transportes.

¿Por qué estas tres ramas?

Los inicios de los sistemas móviles de comunicaciones fueron los coches. Los primeros sistemas móviles eran teléfonos conectados a los salpicaderos del coche. Después se dispersaron pero ahora han vuelto a ir de la mano. Nuestro rol es tener todos los mecanismos para la generación de conocimiento en una organización totalmente dirigida por voluntarios.

¿Qué están desarrollando?

Estamos desarrollando el vehículo conectado. Uno piensa en un coche con una conexión que permite descargar mapas, pero es mucho más. Los vehículos conectados van a ser capaces de hablar con otros vehículos para evitar accidentes, que es el tema principal de nuestro laboratorio. La gente suele tener asociada la imagen del ingeniero de comunicación a teléfonos, pero no es sólo eso. Nosotros estudiamos las comunicaciones inalámbricas para el vehículo conectado y el vehículo autónomo, las redes móviles 5G y las comunicaciones inalámbricas en entornos industriales, que es lo que se conoce como industria 4.0.

¿Qué diferencia existe entre coche conectado y un vehículo autónomo?

En el coche conectado las comunicaciones dan apoyo al conductor, y comunican cualquier problema. Avisa cuando hay un vehículo en la ruta que se puede saltar el semáforo, está en alerta. Cuando un coche pega un frenazo siempre hay un retraso entre que se activa la luz y reacciona el conductor que va detrás, pero si el primer vehículo comunica el frenazo el último de la fila lo podría saber desde el principio, y muchos de los choques en cadena se evitarían.

¿A qué velocidad avanza esta tecnología?

Japón ya tiene los primeros coches conectados con servicios limitados, y en Estados Unidos General Motors tiene proyectado sacar de fábrica los primeros durante este año 2017.

¿Usted confía en el éxito comercial de estos vehículos?

Tendrán éxito comercial si todos los coches lo tienen integrado, ya que si un coche no lo tiene se convierte en un punto negro, al no poder ser detectado.

¿Cómo se va a conseguir que lo tengan todos los vehículos?

En Estados Unidos se han hecho pruebas con unos 2.000 vehículos de muchos fabricantes, y se esperaba que Obama lo regulara, para que los sistemas fueran obligatorios. Al final lo que se ha conseguido es una propuesta de mandato, que tiene que seguir su curso, y que persigue que en 2021 el sistema sea obligatorio en todos los coches. Esto es legislación. Estamos hablando de un sistema que reduciría los siniestros y que convierte al coche en un sensor móvil, que posibilitaría hacer más gestiones de tráfico. Si el coche va informando por dónde va se podría conocer el estado de tráfico de una forma más flexible y con menos gastos.

¿Se evitarán atropellos?

Es algo que también se está viendo. Sería conectándolo con los teléfonos móviles, pero es más complicado porque la información que aportan los GPS suele ser inexacta, y generaría falsas alarmas.

¿Cuándo llegará a Europa?

El problema de Europa es que es un conglomerado de países, y se intenta hacer todo de forma armonizada. En norteamérica los coches no se mueven mucho fuera de su país, mientras que aquí es normal que los coches atraviesen fronteras. Se ha pospuesto el lanzamiento oficial, y se está pensando para 2019. Pero la gran incógnita es cuánto tardará en llegar el avance a todos los vehículos, teniendo en cuenta que los coches se suelen cambiar cada diez años. En Estados Unidos los fabricantes están convencidos y empezarán a sacar estos coches durante este año, avanzándose a la regulación, porque están convencidos que es el siguiente paso en seguridad activa.

¿Qué es lo que está frenando su regulación?

Es el tema de la seguridad y la privacidad de los datos. Son datos de todo el vehículo. Desarrollar el sistema de encriptación y ver quién va a dar todos los certificados requiere un tiempo. Todo lo que tiene que ver con seguridad y automoción lleva un ritmo más lento.