Hace unos cuatro años, el profesor ilicitano de Latín del IES Tirant Lo Blanc Darío Martínez se fue a visitar el campo de concentración de Auschwitz (Polonia), junto a su mujer y sus dos hijos pequeños, y la experiencia, según dice, fue un auténtico desastre. Se encontró con un foco de atracción para muchísimos turistas con un interés algo más banal que el pedagógico que, bajo su punto de vista, debería reforzarse en sitios así. Darío Martínez, a partir de ahí, comenzó a reflexionar sobre cómo trasladamos en el viejo continente el conocimiento de dos de nuestros grandes dramas: el Holocausto nazi y la Guerra Civil española. Un análisis que le animó a impulsar un proyecto europeo, desde el departamento de Historia de su centro, en el que ha implicado a otros siete institutos de Finlandia, Grecia, Italia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Turquía, además de contar con la colaboración de la Cátedra Pedro Ibarra de la UMH y del grupo ilicitano de Amnistía Internacional.

Esta iniciativa educativa internacional, titulada «Lessons for present, lessons for future» («Lecciones para el presente, lecciones para el futuro»), se presentará el día 31 en el IES Tirant Lo Blanc y en el Centro de Congresos de Elche, con la presencia del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Una buena manera de culminar una aventura que consiguió hace tres años una subvención de 240.000 euros dentro del programa Erasmus + KA 2, con la que profesores y alumnos de Secundaria de todos estos institutos han desarrollado un material didáctico para aprender, de una manera mucho más poliédrica, sobre estos hechos que marcaron y siguen marcando nuestra historia. Entre otras cosas, porque cada centro ofrece una visión de ambos conflictos según se vivió en su país. Y porque para analizarlos han rescatado testimonios de protagonistas que padecieron tanto el Holocausto como la Guerra Civil española. «En cada unidad generamos cuatro grupos de trabajo, según el corte de los personajes analizados, que son resistencia, indiferencia, colaboración y actividad de los partidos políticos implicados. De esta manera, los estudiantes conocen diferentes puntos de vista sobre la misma situación y, a partir de ahí, cada uno se crea una opinión. Nos hemos dado cuenta de que los alumnos son capaces de memorizar la historia como una concatenación de hechos. Pero realmente no aprenden nada. Lo que nosotros queremos es que tengan un espíritu crítico. Que sean capaces de analizar incluso las propias leyes establecidas porque, ojo, los nazis hicieron barbaridades en nombre de la ley», indica Martínez, a la vez que argumenta que se centraron en el Holocausto porque «fue una sangría que se generó en la sociedad moderna y en la que gente que aparentemente era buena y estaba preparadísima intelectualmente llevó a un país a cometer uno de los mayores atentados contra la humanidad. Hay que tener en cuenta que, en esa época, Alemania disponía del mejor sistema educativo europeo. ¿Cómo fue eso compatible con el nazismo? ¿Hasta qué punto no se puede repetir? ¿Por qué Europa no ve ahora en la crisis de los refugiados sirios una tragedia como las que hemos estudiado?», se plantea el docente.

Uno de los aspectos más interesantes ha sido el intercambio de conocimientos de los propios estudiantes. «Los alumnos finlandeses no entendían en un principio por qué en España hay gente que quiere quitar los símbolos del franquismo de las calles aunque, tras estudiar varios testimonios, han comprendido el componente emocional». También se han llevado a cabo intercambios de estudiantes. Alumnos del Tirant lo Blanc viajaron a Auschwitz con su profesor. La visita, esta vez, sí fue productiva.