«Rubén decía que se estaba muriendo y que no podía respirar. A pesar de eso, le dieron el alta», declaró ayer la que era novia del joven que falleció horas después de salir del hospital. La entonces pareja de la víctima confesó ante el juez que lo acompañó las dos veces a Urgencias porque «se quejaba de un fuerte dolor en el pecho, de vómitos y de un dolor por dentro».

La testigo negó que su novio pidiera el alta voluntaria, pero que «en el hospital le dijeron que el dolor que tenía era del golpe y que no estaba para estar hospitalizado», declaró la joven. Seguidamente, la que fue pareja de Rubén aseguró que «volvimos a las seis horas al hospital y le dijo al médico que se estaba muriendo. Pasó una noche rabiando». Al mismo tiempo, la chica admitió que «Rubén nunca mejoró, sino que empeoró». Por su parte, los padres del joven de 20 años también tomaron parte ayer en la vista oral y confesaron ante el magistrado que, tras recibir el alta, Rubén seguía con los dolores insoportables. «Tenía un dolor que le ahogaba. El día 9 de abril él no pidió el alta voluntaria, le dijeron que se fuera porque todo lo que tenía era por el accidente que había sufrido», reveló la madre. Tras salir de Urgencias, la familiar directa de Rubén apuntó que su hijo «no podía ni estar de pie», por lo que decidieron volver al Hospital. «Allí nos dijeron que era un problema de gases y que se podía marchar a casa», recordó la madre. Fue entonces cuando horas más tarde fallecía en casa de su abuela.