El sindicato Comisiones Obreras arranca una nueva etapa en las comarcas del Vinalopó y la Vega Baja. Carmen Palomar, que ocupó la secretaría hace año y medio de forma interina, acaba de recibir el respaldo de la asamblea para emprender su propio proyecto, que tiene entre sus objetivos recuperar el peso que la acción sindical tuvo en otros tiempos. Uno de los primeros pasos va a ser llegar a la gente joven y luchar contra la economía sumergida en el sector servicios.
¿Con qué energías afronta este proyecto?
Afronto esta etapa con la misma ilusión con la que me hice cargo de la secretaría general hace casi dos años, cuando relevé a Martín Carpena. Creo que hemos formado un equipo muy válido que puede dinamizar y dar respuesta a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras en nuestro ámbito, que es el Vinalopó y Vega Baja. La ejecutiva está formada por catorce personas, más la secretaria general, siete hombres y ocho mujeres.
¿La mujer va a tener más protagonismo en esta etapa?
Cuento con una comisión ejecutiva paritaria. He encontrado mujeres muy válidas dentro del sindicato, y estoy muy contenta por ello. Tenemos que tener en cuenta que las mujeres somos las que tenemos peores condiciones de trabajo, y los sectores en los que trabaja la mujer están muy precarizados y feminizados. La brecha salarial es muy extensa. Así que tenemos que trabajar este tema de manera interna y externa con todo lo que haga falta.
Llegó al congreso con una única lista, pero hasta horas antes existía una alternativa que pedía cambios y más participación. ¿En qué momento está el sindicato?
Hace unos meses trabajamos el tema «repensar el sindicato», para que se propusieran temas y cambios. Estamos en un proceso de cambio. El sindicato se tiene que adaptar a la realidad, porque el mundo del trabajo no es como antes. También tenemos que conseguir que los jóvenes conozcan el sindicato, se llame como se llame. La organización de los trabajadores tiene que seguir existiendo. En CC OO cumplimos 50 años y hemos hecho una función que debemos seguir desempeñando. Tenemos que avanzar en cuanto a participación, y ser críticos dentro del sindicato, hacer autocrítica. Yo soy partidaria de los procesos de primarias, aunque en nuestro congreso se puede presentar cualquier persona, como se vio claramente.
¿La lista alternativa representa una herida en la organización?
La lista alternativa venía de la misma candidatura que se enfrentó a Martín Carpena hace cuatro años. En aquel momento no se llegó a un acuerdo, y en esta ocasión sí que lo hemos conseguido, aunque también nos ha costado lo suyo. Pero pienso que tampoco hay tantas diferencias de planteamiento. En estos últimos cuatro años, con la situación que hemos vivido, con tantas movilizaciones y respuesta en la calle, con la reforma laboral y la ley mordaza, el sindicato ha hecho todo lo posible para dar una respuesta, y se ha recogido el sentir de la otra candidatura. Los enemigos están fuera, y son las políticas neoliberales, la reforma laboral, y el incumplimiento del estatutos de los trabajadores y los convenios. Mi actitud es de consenso, y no debíamos entrar al congreso con dos listas.
Ahora toca trabajar. ¿Cuál es su primer objetivo?
La entrada de gente joven en la ejecutiva es uno de nuestros objetivos. Tenemos un grupo de jóvenes que trabajó en las últimas huelgas generales, y en el sector estudiantil. Son jóvenes que han militado en los sindicatos de estudiantes y que ahora, al pasar al mundo laboral, han visto la realidad y se han incorporado al sindicato de manera muy proactiva. Así que tenemos que recoger el sentir de esos jóvenes que queremos que estén presentes.
¿Con qué sector van a estar más alerta en el sindicato?
Nuestras comarcas y ciudades, como Elche, se están dirigiendo al sector servicios. Y tenemos que dar respuesta a esta realidad. El comercio y la hostelería tienen un peso importante en nuestra economía y detectamos deficiencias y faltas relativas a los derechos de los trabajadores. Las contrataciones son a tiempo parcial y los empleados trabajan mucho más sin que se les pague. Tenemos que luchar contra este tipo de acciones.
En los servicios se habla cada vez más de economía sumergida. ¿Que planes tiene para contrarrestar esta situación?
El primer paso es concienciar e informar a los trabajadores de los derechos que tienen. Y después estudiar acciones colectivas, en el seno de las empresas, para que los trabajadores cuenten con una representación sindical, que puedan empoderarse y defender sus derechos. Y denunciar situaciones sangrantes. No podemos dejar de denunciar lo que nos ha traído la reforma laboral, ya que todo esto viene de la desregulación de las condiciones de trabajo.
¿Los accidentes laborales van en aumento en la comarca?
La crisis ha provocado una dejación por parte de las empresas en todo lo que tiene que ver con salud laboral. En los últimos cuatro años en el Vinalopó y la Vega Baja hemos tenido 44 muertes por accidente laboral. Son datos escalofriantes, y en muchas ocasiones no se reconocen las enfermedades profesionales. La salud laboral no está siendo una prioridad para las empresas.
¿Qué propone para acabar con la alta tasa de paro femenino?
Es necesario dignificar los trabajos que realizan las mujeres. Se trató de potenciar con la Ley de Dependencia y se echó para atrás. A las empleadas del hogar también hay que dignificarlas, el sector de las contratas de limpieza... La legislación está muy acotada y da mucho poder al empresariado.
